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Polígono empresarial de O Vao, en Pontevedra.Gustavo Santos

José María Corujo | Presidente de Aempe

Crece la demografía empresarial: surgen unos 700 negocios al año pero son más los que desaparecen

En 2021 iniciaron su actividad en el municipio un total de 606 compañías, casi 150 menos que en 2020, y además se dieron de baja 733 EDe las 7.928 empresas que hay en el concello, el 86% pertenecen al sector servicios

Las cifras que baraja Pontevedra en cuanto a indicadores empresariales “no son nada positivas”, tal y como analizan profesionales del sector. En los últimos años no solo han ido descendiendo paulatinamente la cantidad de empresas nuevas que se instalaban en el municipio, sino que las que se daban de baja eran más, lo que hace que el saldo sea negativo; es decir, el número de empresas que iniciaron una actividad en la ciudad fue inferior al de las que cesaron su actividad.

Según el Directorio de empresas y unidades locales del Instituto Galego de Estatística (IGE), que ayer presentó su última actualización incorporando datos de 2021, en ese año se dieron de alta 606 empresas en Pontevedra, pero fueron 733 las que se dieron de baja, mientras que son 6.371 las que mantuvieron su actividad.

Esta cifra de altas es, además, la más baja desde 2010, cuando se instalaron 605 empresas en el concello. Entonces desaparecieron 901 compañías, dejando también el balance más negativo desde que se tienen datos, el año 2000.

Curiosamente, en 2020, el año de la pandemia, se crearon en Pontevedra 749 empresas, casi 150 más que en 2021. Sin embargo, fue el año en el que más se cerraron de los últimos seis, 785, aunque el saldo negativo no es excesivamente abultado.

Más preocupante es la tendencia que se sigue en el concello, que en los últimos cinco años ha visto cómo van disminuyendo las empresas que inician una actividad: En 2017 fueron 843 las compañías que se instalaron en Pontevedra, en 2018 fueron 711, en 2019 hubo un pequeño repunte, hasta 761, pero en 2020 volvieron a bajar a 749 y en 2021 cayeron hasta 606.

La situación económica global no invita precisamente al optimismo y todo apunta a que la tendencia continuará a la baja. José María Corujo, que esta misma semana comenzó su cuarto mandato al frente de la Asociación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa de Pontevedra, considera que este 2023 será, probablemente, el año más “complicado” de todos debido a la situación económica a la que se enfrenta el tejido empresarial de la ciudad y su comarca.

Según explicó, la nueva directiva de Aempe afronta el mandato con el principal reto de “proteger en la medida de lo posible a las empresas frente a una actual coyuntura económica marcada por la incertidumbre, tanto jurídica como económica” y que es “actualmente nuestra principal preocupación”.

La mayoría de las 7.928 empresas que había en 2021 en Pontevedra –según el censo del IGE– tenían entre 0 y 2 personas asalariadas (6.386) y 6.804 de ellas pertenecen al sector servicios (85,8 por ciento).

“No es malo ser una ciudad de servicios, pero la cadena económica necesita proximidad en todos los sentidos, tanto de una zona urbana en la que poder residir, como de un contexto empresarial fuerte, y no se está propiciando”, destacó José María Corujo.

Corujo: "Las empresas necesitan cariño o, al menos, que no les pongan tantas trabas"

El presidente de la Asociación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa (Aempe) de Pontevedra, José María Corujo, lamentó que estos datos “no son nada positivos” y apunta que, aunque “Pontevedra está muy bien situada geográficamente hablando, sin embargo, hay un halo que rodea la ciudad, desde el punto de vista del mundo empresarial, que hace que no resulte atractiva”. Corujo explica que “una empresa que inicia su andadura, crecimiento y mantenimiento necesita un poco de cariño por parte de la administración, o al menos que no le pongan trabas ni impedimentos cada dos por tres”. En este sentido, considera que en el sector “se respira cierta sensación de rechazo hacia las empresas. Conozco el caso de una gran empresa a la que se le ofreció instalarse en Pontevedra y pasados unos días lo rechazó tras analizar la situación”. El presidente de Aempe cree que la incertidumbre con el futuro de Ence afecta, inevitablemente, a que otras grandes empresas “se piensen bien si venir o no. Influye sobre todo en esto, más allá de lo que se puede perder en el caso de que finalmente tenga que irse”. Corujo insiste en que “hace falta algo de cariño, casi respeto, hacia el mundo empresarial y de los trabajadores. Porque la gente necesita trabajar, y no todo el mundo es empresario”.


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