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Una tromba de agua en plena marea alta anega media ciudad y daña coches, garajes y negocios

Precipitaciones de más de cincuenta litros por metro cuadrado en pocas horas convirtieron muchas calles en ”ríos” de agua que afectaron a sótanos y comercios | Grandes balsas de agua y daños en el asfalto complicaron el tráfico

La calle Fernando Olmedo, inundada de madrugada Gustavo Santos

Pontevedra ha pasado en apenas dos semanas de padecer una alerta por escasez de agua a sufrir graves inundaciones por exceso de lluvia. Media ciudad amaneció ayer anegada a causa de una fuerte tromba de agua, caída sobre todo hacia las siete de la mañana, justo la hora en la que la pleamar alcanzaba su cénit. Estas dos circunstancias convirtieron muchas calles en verdaderos “ríos” que causaron inundaciones en garajes, bajos, negocios y locales, dañaron calles y otros elementos y obligaron a los servicios de emergencia, sobre todo los Bomberos, a multiplicarse para atender el largo rosario de incidencias registradas en todo el municipio.

Escombros arrastrados por el agua al final de Casimiro Gómez. | // G. SANTOS

La peor parte de ese episodio se registró en la zona más próxima al río, en calles como Fernando Olmedo y Padre Gaite, pero los incidentes se multiplicaron por todas partes. La estación de Meteogalicia en Campolongo acumuló ayer más de 50 litros por metro cuadrado, la mayor parte concentrada en pocas horas de la madrugada. Precisamente ese barrio notó con fuerza los efectos de la tromba, pero la Policía Local y los Bomberos recibieron llamadas desde los cuatro puntos cardinales.

Una de las muchas bolsas de agua acumuladas ayer. | // G. SANTOS

Así, se registraron bolsas de agua y daños en las redes de saneamiento y de evacuación de aguas pluviales en la avenida de Vigo, Fariña Cobián, San Antoniño, as Corvaceiras, Eduardo Pondal, O Vao, Praceres, Perfecto Feijóo, Loureiro Crespo, Iglesias Vilarelle, Alcalde Hevia, avenidas de Lugo, Marín y Compostela y un largo listado de otras calles, en especial en la zona de O Gorgullón, donde las tuberías (con sumideros taponados por las hojas) no eran suficientes para evacuar el agua, que acabó entrando en garajes y bajos.

Trabajos de achique en uno de los restaurantes afectados en Fernando Olmedo. | // G.

También se detectó la entrada de agua en un comercio de la calle Peregrina, en inmuebles de Casimiro Gómez y en garajes de Loureiro Crespo, A Seca San Pedro de Alcántara o en el aparcamiento del Mercado, entre otros muchos incidentes. En este caso, el agua bajaba con fuerza por la calle César Boente y entraba al parking por un acceso peatonal, además de inundar comercios próximos, como el Mercaplaza. “Es la primera vez que me pasa en 40 años”, decía ayer su propietario. Además, fue necesario cortar temporalmente el tráfico en la rúa do Maré por un corrimiento de tierras. Por su parte, los vendedores ambulantes de la feria se encontraron con la calle Rafael Areses y alrededores totalmente anegada, por lo que apenas podían montar sus puestos.

Limpian uno de los garajes afectados. | // G. SANTOS

El río Lérez alcanzó ayer uno de los niveles más altos del año, al igual que el Verdugo en Ponte Caldelas, que por la mañana se salió de su cauce en el paseo de A Calzada. Se da la circunstancia de que Augas de Galicia informó ayer de actuaciones de limpieza en tramos de los ríos Castro, Lérez y Almofrei en el municipio de Cerdedo-Cotobade a lo largo de casi ocho kilómetros con el fin de eliminar árboles caídos y otros obstáculos que pudieran atascar los cauces.

En algunos sótanos, el nivel del agua fue elevado. | // G. S.

La “zona cero” de las incidencias de ayer fue el entorno de Fernando Olmedo. “A las 6 de la madrugada me desperté con la tromba de agua que estaba cayendo”, recuerda Alberto Lendoiro, uno de los profesionales y vecinos de esta calle que ayer se levantó con su negocio y portal anegados de agua y barro. Encabeza un obrador de aperitivos saludables, Natural Snack Bar, en donde el agua “ha llegado al fondo y como tenemos todo elevado no destrozó mucho material, salvo un par de cajas”. El gran trabajo ahora será “desinfectar”, explica, un espacio en donde trabajan con productos alimenticios y, como tal, donde las exigencias de higiene son máximas.

Alberto Lendoiro señala que “pasó de madrugada, debió de coincidir la marea alta y estuvo cayendo muchísimo. Pero no es la primera vez, llueve sobre mojado, esto es histórico y lo han intentado arreglar pero cada dos o tres años con este tipo de lluvias torrenciales, tan fuertes, se vuelve a inundar”.

Lleva al frente del obrador cuatro años y había tenido “alguna pequeña inundación en la entrada, pero no contaba con esto, que llegase hasta el fondo y que afectase a toda la calle: había trozos de troncos, ha dañado varios coches… Fue duro”.

A unos metros, las grúas retiran los turismos que quedaron inutilizados al inundarse el motor –todos los vehículos estacionados en uno de los laterales de la calle resultaron de hecho dañados– y en los portales se repiten las imágenes de vecinos achicando agua y retirando el barro con escobas y fregonas. Se abrieron todas las arquetas de la calle para facilitar el desagüe.

En la sastrería de JJ Boullosa el agua entró “de delante a atrás, en la trastienda y aquí fuera”, explica Javier Boullosa, otro de los que constata que las inundaciones han pasado “muchas veces” en Fernando Olmedo, pero que la de ayer fue especialmente virulenta. “Subió bastante, a la altura del escaparate”, unos 25 centímetros de agua que “no han estropeado mucho, pero algo sí, ropa que estaba colgada, por ejemplo chaqués, que ahora tienen todos los faldones mojados”.

Peor fortuna ha tenido el taller Vizmóvil, un servicio oficial multimarca en donde varias maquinarias han resultado sensiblemente dañadas. Antonio Varela coincide en que ha habido otras inundaciones “pero posiblemente este es uno de los años peores porque nunca había llegado tan alto”. El profesional lo atribuye a los lombos y explica que “estoy de acuerdo con ellos en toda Pontevedra, menos en el caso de esta calle, porque aquí los lombos funcionan como un embalse y si el agua viene de arriba, llega aquí y hasta que supere el lombo son 20 o 30 centímetros, la calle se inunda muchísimo más”.

A propósito de los daños, recuerda que “en un taller mecánico hay muchísimas cosas eléctricas, muchísimos elevadores, las piezas, toda la maquinaria a día de hoy es neumática y eléctrica y siempre nos pasa lo mismo, tendremos que repararla”.

Además están los coches de clientes y coches propios que resultaron afectados, unos doce en total. “Todos los que había están dañados”, resume, “y también otros que estaban aparcados fuera”.

Por el momento no es capaz de hacer un balance de los daños porque, aclara, “ya no es solo el estocaje de piezas pequeñas, sino que la maquinaria a veces funciona en este momento pero la humedad se queda ahí y dentro de una semana puede empezar a fallar cualquier cosa. Todo lo que tenga que ver con la electricidad y el agua no se llevan bien”.

Menos desperfectos tienen en un bajo cercano, el del edificio Outeiro, cuyos propietarios explican que “somos de Sabucedo y nos llamaron” pero la inundación apenas ha provocado daños “porque no tenemos nada de valor, ahora una limpieza general y ya está”. Con todo, destacan que “llevamos aquí 30 años y como esto, nunca”.

También tuvieron suerte los vecinos del edificio de los números 14 y 16, que explican que “fue menos que otras veces porque no inundó garajes, lo paró la puerta”. Eso sí, en el portal “nunca había superado la rampa y llegado hasta el segundo escalón, pero esta vez sí, tuvo que ser un río de agua”.

La avería de un transformador en Campolongo dejó sin luz a cientos de usuarios y empresas

La inundación del transformador eléctrico subterráneo de la calle Augusto García Sánchez dejó sin luz a cientos de usuarios y a numerosas empresas de Campolongo y su entorno durante buena parte de la jornada. De hecho, varios comercios y locales optaron por echar el cierre al carecer de energía eléctrica. Los operarios trabajaron desde las ocho de la mañana hasta media tarde para restablecer el suministro. También hubo problemas de luz, aunque no menos afectados, en Xeve y Ponte Sampaio, probablemente a causa de la tromba de agua. La página de incidencias de Naturgy informó de que la avería de Campolongo afectó al menos a mil clientes y daba por solventada la anomalía a media tarde, después de una ardua reparación en un compartimento anegado. Uno de los negocios que no pudo abrir sus puertas en toda la mañana fue el complejo deportivo de Campolongo, no solo porque carecía de luz, sino también porque el agua de la lluvia entró en las instalaciones. De hecho, el barrio fue uno de los más afectados por las fuertes precipitaciones y gran parte de su alumbrado público no funcionaba a primera hora.

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