Pontevedra, junto con el resto de concellos que toman agua del río Lérez, decidió ayer desactivar la situación de prealerta por posible desabastecimiento en el suministro del agua lo que deriva también en la retirada de las restricciones en vigor desde el pasado verano por medio de distintos bandos de la Alcaldía.
Se trata de restricciones que afectaban al lavado de vehículos, funcionamiento de fuentes ornamentales, llenado de piscinas o frecuencias de riego que pronto dejarán de estar en vigor. Aunque ayer se adoptó la medida por unanimidad entre Pontevedra y el resto de municipios afectados, con la aquiescencia también de Augas de Galicia, presente en la reunión; el levantamiento de estas medidas en Pontevedra no será efectiva hasta el lunes, momento en el que sea acordada y ratificada por la Xunta de Goberno local en su reunión semanal.
La medida será ratificada el lunes en Junta de Gobierno y será efectiva entonces
Así lo explicó la concejala responsable del Ciclo da Auga, Carme da Silva, quien indicó que la decisión se toma después de que se cumplieran los pronósticos y la lluvia llegase a Pontevedra en abundancia y de forma reiterada. Esto provocó que “el nivel del río subiese de forma importante” tal y como queda reflejado en sus caudales medios que pasaron de tan solo “1,8 metros cúbicos por segundo el día 14 de octubre, en el límite que se establece para esta situación de prealerta, a los 17,9 de ayer, 25 de octubre”, con picos incluso superiores en los últimos días, es decir, cifras ya muy alejadas de los niveles establecidos para este tipo de prealerta.
Nivel del Pontillón
Por su parte, las lluvias también aumentaron el nivel del Pontillón do Castro que pasó de un 81,1% a un 86,6% de su capacidad. En cualquier caso, y como medida preventiva, el Concello decidió que “no vamos a utilizar todavía los recursos del Pontillón –que se mantuvieron como reserva durante esta última época de escasez– hasta que no tengamos la seguridad de que el río pueda mantener sus niveles de agua de forma constante”. Y es que Da Silva subrayó que, pese al levantamiento de la prealerta, el Concello seguirá vigilando de cerca la evolución de los caudales del Lérez: “Tendremos que ver cómo evolucionan las lluvias a lo largo del mes de noviembre y si el río se mantiene en este nivel ya propio del otoño e invierno”, indicó la edil, recordando que este episodio de sequía que se extendió entre la primavera, el verano y el comienzo de este otoño nos debe recordar que el agua es un bien a valorar en tiempos actuales y futuros por lo que instó a seguir haciendo un uso responsable del agua.
La rotura de una tubería complica a Ence
Una vez llegada la lluvia y con la intensidad suficiente para permitir reactivar la producción en Ence, otro incidente desvelado ayer por el concello de Pontevedra puede retrasar la vuelta a la actividad en la pastera de Lourizán: El tubo que abastece a Ence con el agua del Lérez se ha roto y está inutilizado.
La empresa detectó esta situación, al menos, desde principios de este mes, dado que el pasado 3 de octubre entró en el ayuntamiento la solicitud de Ence para proceder a la reparación de esta canalización en la galería subterránea que comparte en Orillamar con las redes abastecimiento y saneamiento municipal. Sin embargo, mientras estas últimas tuberías están ancladas, las de Ence no. Dado que en las galerías penetra el agua del mar y fluctúa su nivel con las mareas, la tubería vacía tras el corte de suministro flotó y se desplazó, rompiéndose y quedando inutilizada. La avería afecta a unos 350 metros en la zona del Náutico.
El Concello asegura que está tramitando como urgente la solicitud de la empresa pastera, dado que podría afectar a sus servicios, pero está a la espera de un último permiso de la Xunta para autorizar las obras solicitadas por la pastera, que tendrán un coste cercano al medio millón de euros y un plazo de ejecución de treinta días. Además, se trataría de unas obras provisionales y condicionadas a la presentación de un proyecto definitivo que deje la galería compartida con los servicios municipales en condiciones de seguridad y accesibilidad óptimas, similares a las que se daban antes de la avería. Ence insistió ayer en que la paralización de la actividad se debe exclusivamente a la necesidad de “preservar el caudal ecológico del río Lérez y dar prioridad en todo momento al consumo ciudadano” y, aunque reconoce esta avería, asegura que en breve será resuelta y que la fábrica de Lourizán “volverá próximamente a la actividad”. La Xunta confirmó que, ahora mismo, ya se dan las condiciones para que la pastera pueda volver a captar agua del Lérez.
