Las dos primeras noches de la semana grande de las fiestas de la Peregrina congregaron en las calles de la ciudad hasta la madrugada a “miles de personas”. Las atracciones y carruseles, los conciertos y verbenas y los locales de hostelería, que buscan resarcirse, aunque sea en parte, de los meses de restricciones y cierres de la pandemia, convirtieron la ciudad en un hervidero de gente, entre los que figuraban las peñas juveniles que, sin tener ya vinculación con los toros, conservan la costumbre de celebrar botellones improvisados en plazas del centro histórico, como Santa María o Teucro, si bien este fenómeno se repetía en cualquier espacio disponible, como por ejemplo, la marquesina de autobuses de la plaza de Galicia, repleta de jóvenes a las 23.30 horas del sábado.

Pese a estas “avalanchas”, la Policía Local ha constatado que “se reduce el número de peñas juveniles y, sobre todo, de menores”. Las fuentes consultadas apuntaron ayer que la inmensa mayoría de pandillas concentradas en el casco viejo estaban formadas por mayores de edad y a medianoche, la presencia de menores solos y en estos encuentros “era testimonial”, según las mismas fuentes.

La noche del sábado al domingo obligó a los agentes a intervenir en numerosas incidencias, entre las que se informó de un conato de pelea en la calle Michelena y la atención a una mujer con intoxicación etílica. Los Bomberos, por su parte, no tuvieron salidas en toda la noche.

Por la mañana, desde primera hora de ayer, se puso en marcha un amplio dispositivo de limpieza con barredoras, camiones de baldeo y operarios a pie, con el fin de retirar lo antes posible la basura acumulada en las calles. La actividad era aún intensa a las 9.00 horas en santa María, Doña Teresa o la plaza del Teucro, entre otras, si bien los propios operarios apuntaron que se acumuló menos basura que en años anteriores.