Las fábricas de Ence en Lourizán y Navia (Asturias) han superado con éxito la certificación del sello medioambiental "Residuo Cero" que otorga Aenor a aquellas organizaciones que llevan a cabo una gestión más eficiente de sus residuos y que son capaces de valorizarlos.

Durante el pasado año, las instalaciones de la compañía en Pontevedra y Asturias lograron valorizar la práctica totalidad de los residuos, según ha notificado la empresa en un comunicado. Estas instalaciones repiten, por tercer año consecutivo, los resultados que las convirtieron en merecedoras del reconocimiento por vez primera en 2020.

En las auditorías realizadas, han sido destacados "la implicación y el compromiso del equipo de las biofábricas en la optimización de la gestión medioambiental, la trazabilidad de los datos y las herramientas de trabajo desplegadas por la compañía".

El proceso de verificación llevado a cabo tiene como objetivo avalar la valorización, a través de la reutilización, el reciclado o mediante la valorización energética, de los residuos que se generan en la planta, evitando de esta manera su traslado a vertederos. También, la trazabilidad de todo el proceso, y la constatación de los datos relativos a la cantidad de las distintas fracciones de residuos.

La producción en la planta de Ence en Lourizán permanece paralizada desde el pasado 21 de julio debido a la sequía. La fábrica cerró, a instancias de la Xunta, su captación de agua en el Lérez por el escaso caudal que registra el río, y aplicó días después un ERTE a buena parte de sus 300 empleados.