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El turismo mejora las cifras prepandemia, pero el gasto por visitante se desploma hasta un 11%

La estancia media ahora es de cuatro días cuando antes era de seis y la mayor parte de los visitantes descarta reservar media pensión o con desayuno incluido. El aumento de costes se repercute en el cliente con precios un 25% más altos

Dos turistas pasean delante de una terraza vacía. | // GUSTAVO SANTOS

Agosto, el mes de las vacaciones por excelencia, arranca en las Rías Baixas con previsiones de ocupación muy optimistas, pero con cierta preocupación en el sector en cuanto al volumen de gasto de los visitantes. Por un lado, la cifra de turistas que han visitado –y se prevé que visitarán– la comarca de Pontevedra este verano es ligeramente superior a la que se registró en 2019, pero por otro, estas personas llegan ahora con un presupuesto más ajustado, principalmente por la inflación, y se calcula que gastarán alrededor de un 11% menos que en época prepandemia, que es el momento que el sector se ha fijado como referencia y como objetivo a superar durante este período de recuperación que está atravesando.

Pero también es como la pescadilla que se muerde la cola, porque mientras los turistas ajustan sus presupuestos para reducir gastos, “gracias” a la inflación el sector no está notando tanto la caída de ingresos. Sí acusa, sin embargo, la rentabilidad de sus servicios, ya que los costes para los establecimientos hoteleros y hosteleros han subido en torno a un 40% en los últimos meses y están repercutiendo en el cliente en torno a la mitad, algo más de un 20%.

“Aún subiendo algo el precio, y con datos de ocupación que van a ser similares a los de agosto del año pasado, este verano los márgenes serán algo inferiores ya que las subidas de costes energéticos, de materias primas, etc, no ha sido posible repercutirlas en su totalidad a los clientes, por lo que a pesar de tener datos de facturación similares a los de 2021, este año la previsión es tener márgenes más ajustados”, explica la presidenta de la Asociación de Hoteleros de Pontevedra, Paula Lourido.

En la misma línea se expresó el presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo (CETS), Alfonso Martínez: “Tenemos que esperar a ver la cuenta de resultados para hacer una valoración, porque la rentabilidad va a bajar. Nos han subido los costes, pero no lo estamos repercutiendo en el cliente y vamos a depender mucho de si somos capaces o no de subir la producción”. Aunque reconoce que “los turistas están conteniendo más el gasto, vienen con presupuestos más ajustados”, insiste en que “la situación no es alarmante para el sector”.

Tras cerrar julio con una ocupación media del 76%, dos puntos superior al mismo período del año récord de ocupación, en 2019, y cinco puntos superior al de julio del año pasado, la hotelería de Sanxenxo está consolidando la recuperación de su sector turístico. “Los datos de ocupación están muy bien para medir el flujo de visitantes, pero hasta finales de año no tendremos un balance más concreto a nivel económico y en términos de rentabilidad”, apunta Martínez.

Cambio de hábitos

Esa contención en el gasto de los turistas se percibe principalmente en la reserva de estancias más cortas y en un cambio de hábitos en las comidas. Ahora la estancia media en los hoteles es de cuatro días, cuando antes era de seis, mientras que en apartamentos turísticos y otro tipo de alojamientos, muchas de las reservas que antes eran de 15 días ahora son de una semana.

Además, en torno al 90% de las reservas se hacen sin desayuno incluido y la mayoría de los visitantes descarta también la media pensión. Por otra parte, los turistas ya no comen o cenan en restaurantes tanto como antes y si lo hacen es en establecimientos más asequibles y con platos para compartir.

“La gente no renuncia a las vacaciones, porque después de dos años duros necesita salir y disfrutar del verano, pero sí que ajusta su presupuesto. Ahora se percibe cierto ahorro y se entiende por la incertidumbre de la situación actual y cierto miedo hacia lo que pueda venir en los próximos meses”, comenta Alfonso Martínez.

El presidente del CETS valora que “hemos tenido un buen mes de junio y un buen mes de julio y las previsiones para agosto son buenas también; si no pasa nada raro, porque hay que ser un poco prudentes, podemos estar por encima del 85% de ocupación. El tiempo también está ayudando mucho. Septiembre va un poco más lento en cuanto a reservas, pero es lo habitual, tiene más reservas de última hora”.

“Cuando te afecta al bolsillo, ya ahorras sin que haya una norma”

Otro punto de preocupación para el sector es el paquete de medidas urgentes para la eficiencia y el ahorro energético que el Gobierno aprobó el lunes. Entre otras cuestiones, incluye la obligación de regular el termostato del aire acondicionado a 27 grados en verano y de la calefacción a 19 en invierno.

“En Sanxenxo estamos muy concienciados con este tema y desde el Consorcio hicimos una campaña interna para incidir en ello. Creo que son medidas que llegan un poco tarde, pero algo hay que hacer. Con una norma general nos sentimos más respaldados para poder aplicar estas medidas, aunque habrá clientes a los que no les gusten”, comenta Alfonso Martínez.

Este paquete de medidas urgentes para el ahorro energético se aplicará en el transporte, incluidas estaciones y aeropuertos; bares restaurantes y cafeterías; establecimientos de espectáculos públicos y actividades recreativas; teatros, cines, auditorios, centros de congresos, salas de exposiciones y similares, y también tiendas, supermercados, grandes almacenes, centros comerciales y similares. Según se recoge en el Boletín Oficial del Estado (BOE), no se aplicarán en hospitales, centros educativos y peluquerías.

El sector de la hostelería es uno de los afectados por el paquete de medidas urgentes para el ahorro energético; sin embargo, los empresarios pontevedreses consideran que no lo van a acusar porque “trabajamos con bastante sensatez”. Así lo apunta Antonio Fernández, del pub Moncloa, que señala que “cuando te afecta al bolsillo, ya ahorras sin que exista una norma”, en referencia a la temperatura a la que deberá estar el aire acondicionado y la calefacción. “Son medidas de sentido común y la mayoría de los locales de Pontevedra ya las estaba aplicando. Lo que sí creo que es necesario es que cambien ciertas cosas en los edificios de las administraciones públicas”, destaca.

El sector que más preocupado estaba era el de la peluquería, pero de momento queda exento de aplicar estas medidas.

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