Cinco de los ocho polígonos de bateas de mejillón existentes en la ría de Pontevedra (y de Aldán) permanecen cerradas al detectarse a presencia de toxina. El último parque clausurado por el Intecmar es el denominado Portonovo C, ante las costas de Poio, cuyo cierre se acordó en la tarde del pasado jueves.

Junto a ellos, tampoco se puede trabajar en los tres de Bueu y en uno de los dos polígonos de la ría de Aldán, en Cangas. De este modo, solo están abiertos los denominados Portonovo A y C, en Poio, y el Cangas A, en Aldán.

Junto a uno en Baiona, son los únicos de la provincia de Pontevedra afectados por la toxina hasta la tarde de ayer. En Arousa y Vigo están en funcionamiento todas las bateas.

La clausura de Portonovo B llega después de un año de escasa incidencia de la toxina en la ría, al menos en cuanto a cierres se refiera ya que el polígono Portonovo A lleva cero días sin actividad (frente a los más de 50 que ya acumulaba el pasado año a finales de junio); el B cumple ahora la primera jornada, cuando superaba las 80 hace doce meses, y el C (el situado más al interior de la ría) es el más afectado, con 23 días este año, frente a los 76 de 2021 entre enero y julio.

En cuanto a los bancos marisqueros, hasta la tarde de ayer ninguna de las cinco áreas de la ría sumaba jornadas de cierre por toxina, si bien su incidencia comienza a ser más habitual a partir del verano.