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Pese a que teóricamente está prohibido el paso, son muchos los que ya transitan por el tramo.Gustavo Santos

El paseo marítimo: un año acabado; un año (casi) cerrado

La Delegación del Gobierno aún no sabe cuándo abrirá el recorrido peatonal de Mollabao pese a que se apuntó que sería este mes

El nuevo tramo del paseo marítimo a lo largo de la avenida de Marín, entre la rotonda de Malvar y el nudo de Mollabao, cumple un año ejecutado. A falta de algunos detalles, este recorrido peatonal y ciclista estaba listo para su uso en enero de 2021. Sin embargo, desde entonces no se ha abierto al público porque el segundo tramo no llegó a ejecutarse, y todo apunta a que, al menos en las próximas semanas, seguirá igual. Este cierre no impide, en todo caso, que muchos pontevedreses se salten las vallas y transiten por la zona, lo que supone un riesgo, en materias de seguros, en caso de accidente o percance.

A finales de diciembre, el delegado del Gobierno, José Miñones, anunciaba en Pontevedra que el entramado administrativo que impide abrir al público este recorrido podría estar resuelto en enero, una vez que se rescindiera el contrato con la adjudicataria, San José, y se licitara el tramo pendiente, una pasarela sobre el agua que hubo que rediseñar en su día por las deficiencias del primer proyecto de Costas. Pero esos trámites aún no se han solventado. La Delegación del Gobierno en Galicia admitía ayer que “aún estamos pendientes de los informes del Ministerio de Hacienda para la rescisión del contrato” y sería entonces cuando el Estado recepcionaría las obras para abrirlas al público. Después aún habría que licitar la parte pendiente. Aunque en multitud de ocasiones se ha dicho, desde hace un año, que este proceso es “inminente”, la delegación en A Coruña admitía ayer que “no es posible dar una fecha concreta, aunque esperamos que sea en un plazo de tiempo breve”.

Media Pontevedra aguarda que se resuelva de una vez este asunto para poder circular libremente por este nuevo itinerario peatonal y, sobre todo, poder hacerlo hasta Placeres, donde finalizará la obra. Es sí, son muchos los que, desde hace tiempo, aprovechan los huecos en las vallas y que no hay operarios para protagonizar su propia “inauguración”.

Una “cuestión de estabilidad de los pilotes”. Es la explicación técnica que se ofrece para justificar el eterno parón que registran estas obras. Una vez realizado el primer tramo, que implicó crear el paseo sobre uno de los carriles de la autovía, la empresa adjudicataria se encaró con el recorrido más complejo: una acera volada sobre el mar, hasta conectar con la pasarela de las mariscadoras. Pero su diseño no ofrecía garantías y Costas tuvo que encargar un nuevo proyecto, cuyo presupuesto es mucho mayor del inicial y no es posible mantener el actual contrato con San José. Por ello se debe licitar de nuevo, un proceso que debería producirse antes del verano. Pero antes hay que rescindir el contrato original con la adjudicataria, que no puede entregar todavía la obra ya realizada. Y los papeles están en Hacienda.

Han sido meses de intentos del Concello para que Costas habilite una fórmula para poder abrir al público el paseo por Mollabao, hasta el nudo viario próximo a Ence. Pero esos intentos parecen en vano. La razón es jurídica: La obra se adjudicó, a la empresa San José, en un contrato único, es decir, desde Mollabao hasta Placeres, pero se ejecuta en dos tramos –desde la rotonda de Malvar hasta el nudo de la AP-9 ocupando uno de los carriles de la autovía, y desde ahí hasta la pasarela de mariscadoras mediante un paseo volado sobre el mar– y solo está ejecutado uno. Costas explica que no puede recepcionar “la mitad” de la obra, por lo que no es posible abrir solo un tramo. Mientras tanto, la zona sigue vallada y, lo que es peor, acumulando maleza y deterioro. Los trabajos completos, adjudicados por unos dos millones de euros, comenzaron en julio de 2020, con nueve meses de plazo de ejecución, es decir, hasta mayo de 2021.

La pasarela metálica con la que se pretendía dar continuidad a la de madera de las mariscadoras de Placeres tendrá una longitud de unos 800 metros y pivotará sobre el mar, de ahí que sea la parte de la obra más compleja de ejecutar y en la que podrían surgir algunos contratiempos, sobre todo por las condiciones con las que se pueda encontrar la empresa en el lecho de la ría. Al margen del tramo ahora en proceso de modificación, restaría resolver la conexión entre O Cabo y la avenida de Ourense en Marín para conectar peatonalmente ambas ciudades.

Otro proyecto próximo, el futuro vial de Mollabao, que comunicará la carretera vieja de Marín con la avenida de orillamar, se encuentra también paralizado a la espera de Costas. En este caso se trata de su autorización para atravesar el “solar de los circos”. Aunque esa concesión se solicitó hace más de un año, una alegación retrasa la respuesta. El convenio entre el Concello y la Diputación para ejecutar el vial se firmó en diciembre de 2020. La institución provincial aporta la financiación (938.824 euros) y la municipal licitará las obras.

La nueva carretera de Mollabao discurrirá, a la altura del “solar de los circos”, entre dos glorietas, una en la avenida de Marín y otra en la carretera vieja. La longitud de la vía es de 97 metros y su ancho será de 15, divididos en una sección de dos carriles de cuatro metros, dos arcenes de un metro, y dos sendas de 2,5 metros. Esta nueva carretera de Mollabao, el Concello permitirá poner en marcha la reforma del primer tramo de Rosalía de Castro con un proyecto complementario.

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