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Pontevedra a vista de pájaro

La basílica de Santa María y el santuario de A Peregrina presumen de campanarios y miradores de altura

Turistas en el campanario de Santa María de Pontevedra. GUSTAVO SANTOS

Unas de las mejores vistas de Pontevedra se pueden disfrutar desde dos de sus iglesias más emblemáticas: el santuario de A Peregrina y la basílica de Santa María. Ambos edificios religiosos mantienen abiertos sus campanarios para la visita de turistas, y no turistas, por un más que módico precio, tan solo un euro por persona.

Durante todo el verano, ambos miradores de altura cuentan con una importante afluencia de público. Las vistas son diferentes, siendo la de A Peregrina más céntrica y con el privilegio de disfrutar de la de A Ferrería y el complejo compuesto por el monasterio de San Francisco y el antiguo edificio de Hacienda. Por su parte, el fuerte de la de Santa María es que es un balcón al río y que desde su campanario tanto se puede disfrutar de Pontevedra como de la otra margen del Lérez, Poio.

Por si fuera poco, ambas iglesias cuentan en los trayectos hacia sus cúpulas, que se recorren a través de bonitas escaleras de caracol, con pequeños museos en los que se exponen reliquias religiosas.

El museo en el santuario de a Peregrina. // G. SANTOS

Diferentes nacionalidades

Óscar Núñez trabaja en el santuario de A Peregrina recibiendo a los visitantes. Al ser este un punto de parada obligada para los peregrinos a Santiago, muchos de los que suben al campanario llegan desde otros países, especialmente Portugal, Italia, Alemania o Francia. Por supuesto, también abundan los españoles, “sobre todo este verano”, destaca.

Merche Marco y Paco Pomares son dos de ellos. Llegados desde Elche, Alicante, han llegado a Pontevedra en un viaje en coche desde el que ya pasaron primero por la Ribeira Sacra. A la capital de las Rías Baixas le dedicarán tres días y después su plan es continuar bajando por Portugal. “Lo que más nos ha llamado la atención es que tiene mucho comercio y que es muy limpia. También nos gusta el hecho de que sea peatonal y de que tenga tanta vida”, reconocen desde el mirador del campanario de A Peregrina.

Turistas de La Rioja se hacen una fotografía en el campanario de Santa María. // G.SANTOS

Disfrutar el campaneo

“Les encanta. Cuando bajan lo hacen felices, sobre todo cuando tocan las campanas y les pilla arriba”, afirma, por su parte, Loli Rodríguez, sacristana de Santa María.

Explica que la basílica cuenta con dos salas de museo en su ascenso al campanario, lo que permite el tráfico fluido de visitantes. “Este año, sobre todo, hubo españoles, pero ya empieza a haber de fuera: estos días vinieron un grupo de italiano y otro de franceses”, asegura.

En el campanario de esta importante iglesia coinciden varias familias. Una de ellas es la Pérez-Falcón, de Sevilla, padres e hijo que viajan acompañados de la novia de éste.

También destinarán tres días a la ciudad de Pontevedra, tras pasar por Santiago y la Costa da Morte. Después se dirigirán a Arousa: Sanxenxo y Cambados. Una semana en total.

Y quince días son los que cuatro familias de Logroño, La Rioja, tienen pensado pasar en las Rías Baixas, con A Lanzada como punto de alojamiento y desde el que se mueven al resto de municipios. Los Rodríguez-Álvarez, Navarrete-Soriano, Bujando-Lagunilla y De Torre-Santana viajan con niños y se muestran “encantados” con Pontevedra. Destacan “lo limpia que está y que en cada rincón descubres algo: plazas, casas preciosas...”, por no hablar de la comida “riquísima”.

“Ha sido un gran descubrimiento, deberían promocionarla más”, recalcan disfrutando la vista desde Santa María de buena parte de este concello y el vecino de Poio.

Una familia en la terraza de Santa María. // G.SANTOS

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