Una “cuestión de estabilidad de los pilotes”. Es la explicación técnica que se ofrece para justificar el parón que registran las obras del paseo marítimo entre Pontevedra y Marín, sin avances desde que se ejecutó el primer tramo, desde la ciudad hasta el nudo de Mollabao. Costas ha encontrado “nuevas necesidades” en el recorrido sobre el agua que se diseñó para conectar la zona ya lista con la pasarela de las mariscadoras, en Placeres. Por ello, se ha anulado el proyecto original y se elabora uno nuevo, según explican fuentes oficiales de la Subdelegación del Gobierno. Y este trámite se teme que sea “largo”, durante el que el tramo ya listo del paseo marítimo permanecerá cerrado al público, como está desde hace unos meses.

Diseño de la pasarela original, que ahora se modificará.

“Una vez que se disponga del nuevo proyecto (aún sin un calendario concreto), se verá en qué cuantía aumenta el presupuesto. Si es menos del 20% del total, se puede aprobar un modificado y se negociará con la empresa adjudicataria, San José. Pero si supera ese porcentaje, podría acordarse una rescisión del contrato y licitar el tramo pendiente. Sería entonces cuando se podría abrir la fase ya ejecutada”, pero nunca antes. Así lo apuntan las fuentes consultadas, sobre la base de las explicaciones que el delegado del Gobierno, José Miñones, ofreció en una visita a las obras el pasado mes de junio.

Intentos sin éxito

Desde entonces, el Concello trata de que Costas habilite una fórmula para poder abrir al público el paseo por Mollabao, hasta el nudo viario próximo a Ence. Pero esos intentos parecen en vano. La razón es jurídica: La obra se adjudicó, a la empresa San José, en un contrato único, es decir, desde Mollabao hasta Placeres, pero se ejecuta en dos tramos –desde la rotonda de Malvar hasta el nudo de la AP-9 ocupando uno de los carriles de la autovía, y desde ahí hasta la pasarela de mariscadoras mediante un paseo volado sobre el mar– y solo está ejecutado uno. Costas explica que no puede recepcionar “la mitad” de la obra, por lo que no es posible abrir solo un tramo. Y así continuará hasta que se disponga del proyecto de la segunda fase y se negocie con la adjudicataria.

Mientras tanto, la zona seguirá vallada, aunque más de uno se salta el cierre de las obras y transita, sobre todo los fines de semana, por el tramo acabado pero no recepcionado, lo que supone un problema de “inseguridad” para los usuarios.

En octubre pasado se daba por hecho que los primeros 1.200 metros de este recorrido peatonal y de carril bici estaría listo a finales de 2020, pero no se cumplió aquel anuncio.

La pasarela metálica con la que se pretendía da continuidad a la de madera de las mariscadoras de Placeres tendrá una longitud de unos 800 metros y pivotará sobre el mar, de ahí que sea la parte de la obra más compleja de ejecutar y en la que podrían surgir algunos contratiempos, sobre todo por las condiciones con las que se pueda encontrar la empresa adjudicataria, la constructora San José, en el lecho de la ría. De hecho, parecen haber aparecido esos obstáculos, de ahí que Costas haya decidido rehacer por completo el proyecto original.

El presupuesto inicial era de algo más de dos millones de euros que son sufragados por el Ministerio para la Transición Ecológica de Gobierno de España.

Al margen del tramo ahora en proceso de modificación, restaría resolver la conexión entre O Cabo y la avenida de Ourense en Marín para conectar peatonalmente ambas ciudades. En este sentido, la corporación municipal de Marín acordaba en su día solicitar a la Autoridad Portuaria la elaboración de un estudio sobre las fórmulas viables para dar continuidad al paseo marítimo de Placeres hasta los límites con los terrenos portuarios.

El acuerdo fue adoptado a raíz de una moción del PSOE en la que se solicitaba a la alcaldesa, María Ramallo, que como integrante del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria trasladase el interés de la corporación marinense en alcanzar la continuidad del paso que une Estribela y O Cabo, en Placeres.

Asimismo, se acordó instar a la Autoridad Portuaria a la elaboración de un proyecto que estudie e valore esta posibilidad, junto con otras que técnicamente pudieran resultar posibles, en especial en lo que se refiere a la seguridad de atravesar la entrada al puerto y al astillero de Placeres, según indicaron desde el PSOE de Marín.

Lo cierto es que el acuerdo se aprobó con división de opiniones y solo con el voto favorable del PSOE. Todos los partidos están de acuerdo en la necesidad de prolongar la conexión peatonal y ciclista entre Pontevedra y Marín que se ofrece con la ejecución del nuevo gran paseo marítimo por el borde litoral de Lourizán, pero el PP y el BNG optaron por una abstención al entender que debería ser el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (antiguo Fomento) quien realizase dicho estudio.

Otro proyecto próximo, el futuro vial de Mollabao, que comunicará la carretera vieja de Marín con la avenida de orillamar, se encuentra también paralizado a la esperas de Costas. En este caso se trata de su autorización para atravesar el “solar de los circos”. Aunque esa concesión se solicitó hace meses, una alegación retrasa la respuesta. El convenio entre el Concello y la Diputación para ejecutar el vial se firmó en diciembre pasado. La institución provincial aporta la financiación (938.824 euros) y la municipal licitará las obras.

La nueva carretera de Mollabao discurrirá, a la altura del “solar de los circos”, entre dos glorietas, una en la avenida de Marín y otra en la carretera vieja. La longitud de la vía es de 97 metros y su ancho será de 15, divididos en una sección de dos carriles de cuatro metros, dos arcenes de un metro, y dos sendas de 2,5 metros. Esta nueva carretera de Mollabao, el Concello permitirá poner en marcha la reforma del primer tramo de Rosalía de Castro con un proyecto complementario.