El director del Observatorio Nacional de Seguridad Vial, Álvaro Gómez, afirmó en la Facultade Ágora que organiza la Diputación Provincial de Pontevedra, que la implantación del máximo de 30 kilómetros por hora en las vías urbanas permitirá a medio plazo ahondar en un modelo de villas y ciudades para las personas.
Los peatones deben ser “elementos sagrados” en todas las villas y ciudades, dijo. Todas las tendencias internacionales están cambiando para seguir ese camino, con un modelo de calmado de la velocidad y de convivencia en la que los vehículos a motor deben estar en la parte menos prioritaria de las decisiones para lograr ciudades sostenibles y amables. Así se explicó en la cuarta sesión de la Facultade Ágora sobre el espacio público, organizada por el departamento de Movilidad de la Diputación Provincial, en el que volvieron a participar expertas como las ingenieras Paula Teles y Ole Thorson, además del director del Observatorio de Seguridad vial de la DGT Álvaro Gómez y el arquitecto pontevedrés Jesús Fole.
Uxío Benítez destacó la “clara apuesta de la Diputación” por la recuperación del espacio público
El diputado de Movilidad Uxío Benítez comenzó la jornada destacando la “clara apuesta de la Diputación” por la recuperación del espacio público, primero desde la actuación en el servicio de vías provinciales, con la elaboración del Plan Móvese para pacificar el tráfico, la Guía de Mobilidade Amable y, ahora, con la puesta en marcha de la Rede Ágora de Concellos Polo Espazo Público en el que están tres cuartas partes de los municipios de la provincia con la aspiración de revolucionar su diseño urbano eliminando coches.
Ya en el seminario, la intervención de Álvaro Gómez se centró en el tema de “Las personas primero”, un lema con el que, dijo, la Dirección General de Tráfico está totalmente alineada y que está detrás de una de las principales reformas normativas: la implantación del límite estatal de 30 kilómetros por hora en vías de un solo sentido. Afirmó que Pontevedra es un ejemplo paradigmático en un movimiento hacia otro tipo de movilidad y de planificación de uso del espacio basado en la convivencia, en el que no solo hay más personas que caminan o utilizan la bicicleta, sino que hay vehículos de movilidad personal. “Para garantizar la seguridad de esa convivencia y para recuperar el espacio de las calles como espacio para la convivencia creemos que es crucial la pacificación del tráfico que está detrás de nuestra reforma y del modelo de Pontevedra”, apuntó.
Álvaro Gómez afirmó que Pontevedra es un ejemplo paradigmático en un movimiento hacia otro tipo de movilidad
Gómez destacó que tener un límite genérico de 30 va a hacer que sea más fácil para los ayuntamientos de pequeño y mediano tamaño avanzar en la planificación de la movilidad urbana natural (caminar y andar en bicicleta). Señaló el recorrido a medio y largo plazo además de los beneficios inmediatos de seguridad, ya que la limitación a 30 se trata de un paraguas normativo de obligado cumplimiento.
