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“Ojalá papá viera todo este cariño”

El Concello de Poio rinde un merecido homenaje al histórico Pepe Solla, fallecido en enero de 2020 | Carmela Silva dice que hablar del fundador de Casa Solla “é falar de Poio”

La familia de Pepe Solla, junto a Luciano Sobral, Carmela Silva y Nava Castro, tras descubrir la placa en la Rúa do Adro. | // GUSTAVO SANTOS

Desde ayer, la Rúa do Adro, en la parroquia de San Salvador, cuenta con una placa en recuerdo del histórico chef Pepe Solla, fallecido a principios del año 2020. El Concello de Poio le dedicó ayer un emotivo homenaje póstumo al fundador de Casa Solla, uno de los primeros que consiguió una Estrella Michelín y que con su excelencia gastronómica contribuyó a poner a Poio en el mapa internacional.

Fueron su viuda, Amelia González, y su hija Teté las encargadas de destapar esa placa. Muy emocionada, esta última recordó que su padre estaba orgulloso, sobre todo, “de ser de aquí, de Poio” y añadió que “me habría gustado que viera este reconocimiento en vida para que pudiera ver todo este cariño que le tiene todo el mundo. Sabía que papá era muy querido, pero ahora sé que lo era aún más de lo que imaginaba”.

Abrió el acto de homenaje la concelleira de Memoria Histórica, Marga Caldas, que hizo un recorrido por la trayectoria de Solla, desde que comenzó a trabajar en el merendero que regentaban sus padres en la Rúa do Adro, pasando por el restaurante que abrió allí mismo y que fue el germen de Casa Solla, fundada junto a su mujer, Amelia González, con mucho esfuerzo, amor y dedicación. “Pepe era un visionario e a súa creatividade levouno a viaxar para coñecer Europa, renovando o seu facer e ofrecendo menús totalmente descoñecidos na cociña galega”.

La presidenta de la Diputación, Carmela Silva, afirmó que “falar de Pepe Solla é falar de Poio e de orgullo de pobo. Era moi grande, como o é o pobo galego”. La regidora provincial recordó que ella también perdió a su madre y que “sabía que era sabia, pero despois de que falecera vin que era máis sabia aínda, e ela sempre dicía que as cousas se constrúen poñendo pedra a pedra, pero que é a primeira pedra a que fai que os cimentos se manteñan para sempre. E ese era Pepe Solla, que construíu, xunto con Amelia, un gran legado”.

Amelia González recibiendo la insignia de oro del Concello de Poio. | // GUSTAVO SANTOS

El alcalde de Poio, Luciano Sobral, entregó a la viuda de Pepe Solla la insignia de oro del Concello tras destacar la trayectoria profesional, pero sobre todo humana, del histórico chef. “Sempre tiña a súa familia na cabeza, pero tampouco esqueceu nunca o sitio no que naceu. Era solidario, bo amigo, ofrecía a súa colaboración en todo o que podía... Intentou aportar algo á sociedade e deixou un legado importante”, señaló el regidor, que afirmó que “é un privilexio ter a un home como Solla no noso concello. É un símbolo máis alá das nosas fronteiras”.

Por su parte, la directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, intervino como “amiga de la familia” para destacar el “amor por los productos gallegos” de Pepe Solla, de quien dijo que fue “un padre excelente y un gran embajador de Galicia”.

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