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Las oposiciones se preparan en clave femenina

Casi ocho de cada diez opositores en la ciudad son mujeres, mayoritariamente jóvenes que buscan un futuro laboral estable

Una de las clases presenciales de la academia Premir, en Pontevedra. | // GUSTAVO SANTOS

Mujer, de entre 23 y 39 años, con titulación universitaria y que se dedica en exclusiva a estudiar es el perfil de persona opositora en Pontevedra. El sueño de asegurarse un futuro profesional y económico estable es el principal incentivo para los estudiantes y la pandemia de Covid, con su evidente repercusión en el mercado laboral, ha hecho crecer la demanda en las academias especializadas en la preparación de exámenes para la administración pública.

Alrededor de un 80 por ciento de las personas opositoras son mujeres. Las plazas más demandadas son de auxiliar administrativo, principalmente para la Xunta de Galicia y el Sergas, seguido de conserjes y celadores. Tal y como apunta Luis Muiños, subdirector de Academia Postal en Pontevedra, hay una alta demanda también para la Administración General del Estado, Justicia, Penitenciaría, Policía Local, Guardia Civil, Educación y Correos.

Muiños comenta que la mayoría de los estudiantes son personas de entre 23 y 39 años, pero que, sobre todo a raíz de la crisis económica, ha habido un aumento de personas de 50 años o más que no tienen muchas opciones laborales y apuestan por preparar una oposición. También existe el perfil del que busca una mejora en su situación profesional.

Algo más de la mitad de los opositores se dedican en exclusiva a estudiar (en torno a un 55 por ciento). Compaginar o no estudios y trabajo influye directamente en el horario preferido para ir a clase: por las mañanas van mayoritariamente los que solo estudian la oposición y por las tardes los que tienen otras obligaciones.

Ya en la carrera, los chicos no tenían pensado opositar y la mayoría de las chicas, sí

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En la academia Premir preparan oposiciones principalmente en tres ámbitos: enseñanza, sanidad y cuerpos generales y específicos de la Xunta. Aunque la mayor parte de su alumnado es joven (personas recién tituladas), hay otro perfil que lleva tiempo trabajando como sustitutos o interinos y que sigue preparando la oposición para obtener plaza fija.

Es el caso de Yolanda González, de 32 años, que prepara oposiciones para Educación Primaria. Empezó a estudiar en 2009, cuando acabó la carrera, y desde entonces ha compaginado el estudio primero con otra titulación y ahora con trabajo como profesora. “Al principio me lo tomé con la idea de intentarlo y de ver el proceso, ir viendo lo que era, después hubo una serie de años, desde 2012 a 2014, que coincidieron con la crisis y no se convocaron oposiciones, en 2015 la oferta fue muy pequeña… No estuve a tope siempre y a la salud mental acaba afectando un poco”, reconoce.

Aunque siempre ha sido partidaria de la educación presencial, desde la pandemia estudia más desde casa, aprovechando el campus virtual de su academia. Y es que la crisis sanitaria ha supuesto un punto de inflexión y ahora la demanda de preparación a distancia es prácticamente la misma que la de presencial.

También compagina los estudios con el trabajo Patricia Álvarez, de 24 años, que empezó a preparar la oposición para Educación Infantil en 2019. Asegurar un futuro estable “es lo que más me incentiva”, comenta al tiempo que confirma que las oposiciones son cada vez más cosa de mujeres: “Ya en la carrera, los chicos no tenían pensado opositar, pero la mayoría de las chicas sí”.

Fuerzas y cuerpos de seguridad: situación inversa

Mientras que en la mayoría de las oposiciones el porcentaje de mujeres es superior al de hombres, en las pruebas de acceso para las Fuerzas y cuerpos de seguridad la tendencia es inversa. Así lo explica Juan Feal, director de Agrupación Feal, que apunta que este tipo de oposiciones las preparan alrededor de un 70 por ciento de hombres, aunque “en los últimos años ha ido incrementando bastante el número de chicas. Por ejemplo, tenemos 150 alumnos y algo más de 30 son mujeres”. Este preparador cree que “se les hace cada vez más atractivo por los medios de comunicación y las redes sociales. Muchas siguen también un poco los pasos de algún familiar que está en el cuerpo. Y también es un trabajo bonito y atractivo”.


Feal señala que cuentan con tres perfiles de edad: “chavales jóvenes que se dedican en exclusiva a estudiar porque les gusta el trabajo (hasta 24), después entre 24 y 33 años que compatibilizan un trabajo con la oposición y también hay un perfil de gente mayor que compagina estudio y trabajo, pero muchos han dejado su trabajo para dedicarse en exclusiva a la oposición y sacar plaza en un año”.


Jony Cortés, de 23 años, lleva cuatro años preparándose para la oposición de Guardia Civil y, aunque aprovecha bien las clases presenciales, está sacando mucho partido de la plataforma online cuando estudia en casa: “Es un complemento que funciona muy bien”, reconoce este joven que dedica a la oposición alrededor de seis horas al día.


La tasa de paro, un factor determinante

Las academias especializadas en la preparación de oposiciones coinciden al señalar la relación directa que hay entre el aumento de estudiantes y la tasa de paro. “Siempre que hay un incremento en datos de desempleo por personas sin titulación específica, la función pública se contempla como una alternativa”, de ahí que especialidades como auxiliar administrativo, que no requiere titulación específica, sean de las más demandadas. En estos grupos la mayoría también es femenina en una proporción de alrededor de un 80 por ciento. La pandemia fue también un factor determinante al aumentarse la tasa de paro a raíz de la crisis económica.

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