Mucho más que un “gimnasio” para el corazón

El Hospital Montecelo de Pontevedra pone en marcha una de las cuatro unidades gallegas de Rehabilitación Cardíaca que proporcionará un programa específico a cada paciente

El equipo de profesionales que estará en la Unidad de Rehabilitación Cardíaca.

El equipo de profesionales que estará en la Unidad de Rehabilitación Cardíaca. / Gustavo Santos

La cuarta planta del Hospital Montecelo de Pontevedra cuenta ya a pleno rendimiento con una de las cuatro unidades de Rehabilitación Cardíaca gallegas, un servicio de la sanidad pública que trabaja para mejorar el pronóstico de los pacientes con enfermedades cardiovasculares y su calidad de vida.

Este tipo de unidades existen ya en España desde los años 70 y la Organización Mundial de la Salud lleva recomendando su puesta en marcha desde hace más de 50, pero su implantación en los hospitales públicos va muy lenta.

En Pontevedra se prevé atender cada año a alrededor de 200 pacientes (a una media de 16 a la semana) aquejados de patologías cardíacas en esta unidad, fruto de la coordinación de los servicios de Cardiología y Medicina Física y Rehabilitación del CHOP. Forman el cuadro profesional de esta unidad un facultativo de Cardiología, otro de Rehabilitación, dos técnicos en Fisioterapia y un efectivo de Enfermería.

Para poder hacer uso de estas instalaciones y realizar los programas deben haber superado previamente pruebas de ergometría y esfuerzo bajo supervisión. Acudirán dos días por semana durante dos o tres meses dependiendo de la cardiopatía y de la capacidad funcional de cada persona.

La jefa del servicio de Rehabilitación, la doctora Teresa Jorge Mora.

La jefa del servicio de Rehabilitación, la doctora Teresa Jorge Mora. / Gustavo Santos

“Los programas de rehabilitación cardiaca se utilizan para reducir el riesgo de recaída de la enfermedad cardiovascular, es decir, prevenir un nuevo episodio, y también sirven para ayudar a aquellos pacientes supervivientes a un evento o enfermedad cardiovascular a mejorar su calidad de vida”, explica la doctora Teresa Jorge Mora, jefa del servicio de Rehabilitación del CHOP.

“Incluyen diversas actividades terapéuticas coordinadas, que van desde el entrenamiento físico individualizado hasta los programas de educación en salud”, añade. Es decir, que se les orienta en qué cambios en su estilo de vida deben llevar a cabo para reducir los factores de riesgo.

Pauta individual

Los médicos especialistas en Medicina Física y Rehabilitación realizan una valoración global del paciente, una exploración musculoesquelética completa y pautan un programa de ejercicios individualizado según las características del paciente y el resultado de la ergometría (prueba de esfuerzo).

El programa en Pontevedra comenzará con pacientes afectados por cadiopatía isquémica e irá incorporando de manera progresiva otras situaciones cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca. Los pacientes serán derivados desde el Servicio de Cardiología.

La jefa del servicio de Cardiología, la doctora Eva González Babarro.

La jefa del servicio de Cardiología, la doctora Eva González Babarro. / Gustavo Santos

La rehabilitación cardíaca consta de tres fases, indica, por su parte, Eva González Babarro, jefa del servicio de Cardiología.

“La primera comienza ya durante la hospitalización, con la valoración del paciente, estratificación del riesgo, información y propuestas de cambio de estilo de vida. La segunda fase comienza a las tres o cuatro semanas tras el ingreso. Esta fase es la que estamos poniendo en marcha en estos momentos en nuestra área sanitaria. Incluye, entre otras cosas, entrenamiento físico supervisado y todas las medidas de prevención secundaria , con refuerzo en los estilos de cambio de vida propuestos en el momento del alta hospitalaria”, informa.

“Aquellos pacientes clasificados como de bajo riesgo cardiovascular pueden realizar ejercicio pautado sin supervisión sin necesariamente ser incluidos en el programa”

Teresa Jorge Mora

— Jefa del servicio de Rehabilitación

Por último, la tercera fase comprende toda la vida del paciente: “manteniendo un estilo de vida cardiosaludable y la realización de los ejercicios indicados en el momento del alta de la segunda fase. Estos se pueden realizar en domicilio”.

“Aquellos pacientes clasificados como de bajo riesgo cardiovascular pueden realizar ejercicio pautado sin supervisión sin necesariamente ser incluidos en el programa”, añade la doctora Jorge.

“La mortalidad cardiovascular continúa siendo la principal causa de mortalidad en nuestro país”

Eva González Babarro

— Jefa del servicio de Cardiología

A pesar de la situación sanitaria mundial generada por la pandemia del COVID, “la mortalidad cardiovascular continúa siendo la principal causa de mortalidad en nuestro país”, destaca la doctora González.

En todo caso, recuerda que las enfermedades cardíacas se pueden evitar con dieta sana, ejercicio moderado y el abandono de hábitos tóxicos, “sobre todo el tabaco”. “Con estas tres normas se disminuye mucho el riesgo cardiovascular”, resume.

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La dieta debe ser rica en frutas, verduras y legumbres, así como en otros alimentos cardioprotectores, “y evitar alimentos procesados, fritos y sal”, subraya, asimismo, la jefa del servicio de Rehabilitación.

“Además de la dieta debemos mantener un nivel de actividad física aeróbica regular, de intensidad moderada, mínimo 30 minutos cinco veces por semana, o 20 minutos si la intensidad del ejercicio es alta. Se recomiendan añadir ejercicios de estiramiento al menos dos veces por semana, y si es posible, ejercicios de fortalecimiento muscular como complemento al ejercicio aeróbico”, recomienda.

En su opinión, es importante seguir impulsando la creación de este tipo de unidades “para asegurar el acceso de todos los gallegos a este tipo de programas”. “Los sistemas de salud en el mundo miden su fortaleza, precisamente, por la puesta en marcha de estrategias de salud basadas en la prevención de la enfermedad como es el caso, que son claves para reducir riesgo de enfermedad, mejorar calidad de vida y reducir costes a largo plazo”, concluye.

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