Minuto de silencio ante la Subdelegación del Gobierno. | // RAFA VÁZQUEZ

La periodista Sara Vila lee el manifiesto del 25-N. | // GUSTAVO SANTOS

Performance de Janet Novas en A Peregrina

Desde 2003 se dispone en España de registros oficiales de violencia machista. En estos años 1.703 mujeres han muerto a manos de sus parejas o ex parejas y su ausencia fue visibilizada ayer en forma de cruces, paraguas violetas, carteles, manifiestos o las lágrimas negras y el grito que resonó en la plaza de A Peregrina durante la performance de la artista Janet Novás. Todos quisieron clamar “alto y fuerte” que las queremos libres y vivas.

La bailarina y coreógrafa fue ayer una de las participantes en la presentación del programa de la Diputación “Mulleres en Acción. Violencia Zero”, que llega a su sexta edición y desarrollará acciones en 25 concellos. “Hay que gritar bien alto”, señaló Janet Novás, “para que se nos escuche y se escuche a todas las mujeres que están sufriendo violencia en sus casas y más en estos momentos... Este es un grito de libertad, un grito de fuerza, un grito para que se escuche y se sepa que no están solas.

También el alcalde, Miguel Fernández Lores, la presidenta provincial, Carmela Silva, y la periodista Sara Vila, encargada de leer el manifiesto del 25-N, emplazaron a ser “agentes activos, transformadores, para que la violencia cero sea real”.

Los datos que se repitieron en las distintas concentraciones y manifiestos abruman: este año 41 asesinadas más que han dejado 23 niños huérfanos, “pero es que además las mujeres solo son dueñas del 10% del dinero mundial y propietarias del 1% de la tierra”, recordó Carmela Silva al hacer ver que las mujeres “queremos lo que nos corresponde, que es la mitad de todo”. Lejos de ello, no son ese 50% “ni en la economía, ni en la política, en ningún lado, y de ahí surgen violencias, porque cuando no aceptamos se ejerce violencia”, añadió la presidenta provincial.

Desde la indignación, quiso hacer un canto a la esperanza. “La sociedad es cada día mejor”, recordó Carmela Silva, mientras que el alcalde insistió en la necesidad de que la violencia machista no sea “tratada como un problema de segunda orden” en el actual escenario de pandemia, dado que con o sin crisis sanitaria “la violencia es una lacra para el conjunto de la sociedad, no solo para las mujeres que la padecen, y que siga existiendo nos avergüenza y nos indigna a partes iguales”. Recordó en este punto especialmente la situación de las mujeres “atrapadas nos sus hogares con sus maltratadores, más aisladas que nunca y con dificultades para acceder a espacios seguros”.

La periodista Sara Vila fue este año la encargada de redactar el manifiesto, en el que reclamó “por nuestras compañeros y también por mi, algo tan básico como el derecho a vivir”, en un mundo que, aún hoy, “sigue siendo hostil” a las mujeres y niñas.

Estamos, recordó, hartas “de minutos de silencio” y también “del silencio” que hace cómplices, de la falta de educación afectivo-sexual o de la ausencia de referentes , tanto de mujeres independientes como de relaciones igualitarias o modelos sanos de masculinidad. “Lo que pedimos es tan sencillo que ni tan siquiera debería perder el tiempo explicándolo a los que no lo quieren entender. Queremos vivir en paz”, señaló la profesional de la información.