La sostenibilidad, la economía circular, la reconexión con la naturaleza y la producción autóctona, además de la actividad física y la dinamización son algunos de los beneficios que aportan las huertas urbanas del Sequelo, un espacio ecológico y de integración social que cosecha grandes éxitos entre el vecindario.

La concejal de Medio Ambiente, Marián Sanmartín, quiso hacer un “muy buen balance” del primer año que se llevan trabajando estos espacios desde que se realizó el último sorteo de las 71 parcelas, que ahora podrán ser explotadas por sus actuales propietarios durante cuatro años.

“Esta fue la mayor novedad que introducimos en el anterior sorteo, porque antes el máximo era de dos pero entendíamos que una huerta trabajada requería de más tiempo”, asegura la edil.

Perfiles

Estas 71 parcelas, además, están divididas según distintos grupos sociales de tal manera que todo tipo de perfiles puedan optar a trabajar alguna de ellas. Así, existen: 40 huertas para personas jubiladas o pensionistas, 15 para personas en paro que no reciban prestació ni por desempleo, 12 para vecinos, 4 para personas con discapacidad (≥33%) o que demuestren intolerancias químicas.

Trabajar por un Marín más verde y más ecológico forma parte de los objetivos del ayuntamiento y por eso, además de ampliar los años para los beneficiarios de las huertas, la villa se sumó al compostaje como mejor forma de tratar los residuos orgánicos.