La Corporación municipal de Poio aprobó, de manera unánime, la propuesta elaborada por el gobierno local, y tramitada a través de la Concejalía de Memoria Histórica, para dedicarle a Pepe Solla la Rúa do Atrio, en la parroquia de San Salvador, donde se encuentra su domicilio familiar y donde desarrolló buena parte de su amplia trayectoria profesional. El Concello procederá a colocar una placa conmemorativa en este emplazamiento, un acto que se llevará a cabo tan pronto como las restricciones y la situación sanitaria actual, derivada de la pandemia de la Covid-19, lo permitan.

Así lo explicó la concejala de Memoria Histórica, Marga Caldas, que fue la encargada de detallar durante el debate plenario los pormenores de un homenaje que se le hace a Pepe Solla a título póstumo, tras su fallecimiento a principios de este año. Ya entonces la junta de gobierno local había aprobado esta propuesta, que se vio afectada por la paralización de la actividad derivada del confinamiento.

Caldas Moreira hizo hincapié en la necesidad de otorgar este reconocimiento al chef poiense, que fue “una figura determinante de la gastronomía y restauración a todos los niveles, siendo un referente más allá de nuestras fronteras y mostrando siempre su orgullo como vecino de Poio”.

Dedicándole a Rúa do Atrio, el Concello quiere que el recuerdo de Pepe Solla permanezca inalterable en el tiempo, al ser uno de las figuras más importantes de la historia del municipio.

Entre sus logros y reconocimientos profesionales, que se remontan a la década de los 60, destaca la obtención de la primera Estrella Michelín de Galicia en 1980 para Casa Solla, además de otros muchos galardones.