El pasado 17 de octubre, nos dejaba un gran compañero y colaborador, que de forma anónima y -sobre todo- desinteresada- ha contribuido a situar al Cristóbal Colón Gallego en la historia. 

José Cuerpo, marino y doctor en derecho, pasó a formar parte de de esta directiva, de casualidad, acompañando en la aventura a sus camaradas de un grupo de navegación llamado “Cassandra”, que es como un hospicio de hombres buenos, y que no deja de sumar tripulantes, entre los que figuraba José Cuerpo. Él se presentaba como el “grumetillo cantarín”, pues siempre sorprendía con su humor, humanidad, espontaneidad y sus cantos, a los que acompañaba de guitarra y con los que siempre conseguía que todos los asistentes participasen; mostrando un don excepcional para el espectáculo. Después de cada “xuntanza” siempre acababa con una genialidad; una de las más celebradas fue cuando se despidió con la frase recojo todo y os dejo, que después tengo un concierto en Boiro”.

Ese humor, contrastaba con su seriedad profesional y en el desempeño de sus funciones; pues como directivo de la Asociación Cristóbal Colón Gallego, siempre estaba atento a todas las opiniones que se planteaban; que finalmente él analizaba y sintetizaba con ideas sorprendentes. Programó e inició el archivo informático con todo el patrimonio material, inmaterial y documental de la asociación, impulsando el registro intelectual; materia que le era muy conocida.

Como Coronel de Intendencia de la Armada, Doctor en Derecho y profesor universitario, reunía una gran preparación académica y unas dotes didácticas que le llevaron a instruir a cientos de alumnos para oposiciones, y de forma desinteresada preparó la oratoria de la comunicación al “Iº Congreso Internacional sobre la Exposición Iberoamericana de 1929” (España y América pactan el origen hispano de Colón) que -a instancias de lo presentado- se convirtió en ponencia, con el consiguiente prestigio, y divulgación de contenidos. 

Por su condición de marino, le sorprendía que el autor de los libros de texto de navegación y astronomía de la marina de guerra y mercante, el Capitán de Navío José María Moréu Curbera, defendiese la relación de Colón con Galicia y que hubiese divulgado sus razonamientos en la obra “Cristóbal Colón, el gran navegante”; una y otra realidad que en cambio no se plasman en el museo “Cristóbal Colón” que se encuentra en el muelle de torpedos de la Escuela Naval Militar de Marín.

Cumplió con ilusión y con mucha responsabilidad, su cargo de directivo de la Asociación Cristóbal Colón Gallego, una tarea sin un guión fijo, pero ilusionante. Sus ánimos, su objetiva visión, su capacidad para escuchar, analizar y resumir todas las posibilidades conceptos y opiniones; le convirtió en el tamiz de todas las discusiones. 

Nos deja una persona ejemplar en lo humano, en lo familiar, en lo profesional y en su forma de disfrutar de la amistad de los que le rodeaban. Un infarto de su generoso corazón nos lo llevó de nuestro lado, con la consiguiente desesperación de todos los que compartimos con él, algunas de sus múltiples facetas.  

Por circunstancias de su propio destino, recibió cristiana sepultura en el cementerio parroquial de San Salvador de Poio; desde donde sabemos que nos seguirá guiando.

Sentimos que para él, y para nosotros, le haya “llegado el día de las alabanzas”, pero las tuyas son bien merecidas, y nos corresponde a nosotros hacerlas, con el permiso de su querida familia.

En tu perfil de wassap, sigue poniendo “viviendo”, y así estarás, porque quien es recordado, vivirá para siempre.

* Miembro de la Asociación Cristóbal Colón Gallego “Celso García de la Riega”