Las fiestas más atípicas de Santiaguiño dieron comienzo ayer sin verbena ni atracciones debido a la situación sanitaria actual, pero pese a la pandemia O Burgo se mantuvo fiel a la tradición.

Si bien la procesión tuvo que ser suspendida por la Covid-19, los vecinos del barrio pontevedrés participaron ayer en la misa para acompañar, posteriormente, en una pequeña comitiva la imagen de Santiaguiño hasta la casa de la familia Couto en A Santiña, donde colocaron el tradicional racimo de uvas y un pie de maíz, ofreciendo así a Santiago Apóstol los primeros frutos maduros de la época estival.

Los fieles de O Burgo pudieron honrar así a su patrón que, según cuenta la leyenda, evangelizando el por tierras de la zona, se encontró cansado y los dueños del terreno le dieron cobijo y manutención hasta que se recuperó. En señal de agradecimiento, el discípulo de Jesús obró en beneficio de esta familia y le prometió que su cosecha sería la más temprana en el lugar.

El Concello de Pontevedra facilitó un permiso para que el rito de imposición se mantuviera, sin embargo la gran procesión hasta la finca del barrio de O Burgo y la posterior celebración en la misma fueron suspendidas con el objetivo de evitar contagios de coronavirus y respetar las medidas preventivas dictadas por las autoridades sanitarias.

Tirada de fuegos

La fiesta continuará durante la jornada de hoy con actividades similares a la víspera del Día de Santiago Apóstol. Por la mañana, los grupos Duos Pontes y Pousos de Area amenizarán la jornada, y por la tarde la música y la alegría correrán a cargo de los Gaiteiros das Rías Baixas. Además, la charanga Mil9 llevará el ritmo al barrio con la interpretación de las canciones más populares. Esta medianoche también está prevista una tirada de fuegos de 7 minutos. La festividad culminará mañana con una jornada de nuevas actuacionesque recorrerán todo O Burgo, además de los cabezudo.