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Parte de la directiva del Colegio de Médicos en un congreso celebrado en su sede en Pontevedra. // G.S.

El Colegio Médico registró el pasado año cuatro agresiones a facultativos

Fueron de tipo verbal y suponen un incremento respecto a periodos anteriores -Afectaron sobre todo a mujeres y en Atención Primaria

El Colegio de Médicos de Pontevedra registró el año pasado cuatro agresiones a facultativos de la provincia. No quiere decir que fuesen todas las que se produjeron en el ámbito sanitario, sino que son las que los profesionales transmitieron al órgano colegial. Generalmente, los médicos deciden informar para presentar la denuncia pertinente y solicitar la ayuda a la compañía aseguradora que tiene el Colegio.

"Estas cuatro son la punta del iceberg, pero realmente tiene que haber más", reconoce Pedro Silva, secretario del Colegio de Médicos de Pontevedra. Son, sobre todo, de tipo verbal. "Lo habitual es que sean amenazas: te voy a matar, etc.", explica. Los casos se han incrementado en los dos últimos años, ya que en 2017 también llegaron hasta el órgano colegial otros cuatro.

Por el contrario, en los dos anteriores, 2015 y 2016 no se presentó ninguna denuncia. El anterior, el 2014 se contabilizó una sola. Según informa Silva, las agresiones han aumentado sobre todo en mujeres y en el ámbito de la Atención Primaria. Los que se dan en hospitales son las menos, y, en todo caso, predominan en el servicio de Urgencias.

Los motivos

"El origen de las agresiones es la insatisfacción que siente el paciente", señala el secretario del Colegio de Médicos. Esta insatisfacción no siempre está relacionada con la situación por la que pasa actualmente la sanidad pública, pero sí que en muchos casos es la consecuencia de la precariedad que esta sufre.

"Si un médico, en el mejor de los casos, tiene diez minutos para ver a un paciente, esto provoca que la gente salga cabreada porque tiene la sensación de que no se le ha visto ni se le ha hecho caso", reflexiona.

Sin embargo, en otras ocasiones la agresión, ya sea verbal o física, viene porque el paciente pretende decidir el tipo de pruebas o examen que se le han de realizar.

"A veces te piden lo que no puedes dar y tú no puedes permitir que un paciente se diagnostique ni se trate", recalca. Afortunadamente, en la mayoría de los casos son amenazas e insultos.

No solo son los médicos los que sufren estas situaciones, ya que también las enfermeras son agredidas verbal o físicamente. De hecho, el año pasado en el área sanitaria de Pontevedra el Colegio de Enfermeras desvió a su abogado un caso de agresión verbal a una profesional en el Hospital Montecelo. Son también casos aislados, tal y como reconoce el letrado, Ramón Pérez, y rara vez tienen una resolución judicial sancionadora del agresor, ya que, ante la falta de testigos, es la palabra de una persona contra otra.

"Hay insultos tanto en la Atención Primaria como en la especializada por la excesiva carga asistencial, que provoca que los pacientes no reciban la asistencia correcta", se lamenta. "La solución para evitar estos conflictos es tan fácil como poner los medios y las condiciones laborales adecuadas", concluye.

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