Impresionante. Solo existe una palabra que pueda definir al primer salmón pescado esta temporada en el Lérez. Cayó ayer en el Pozo de Bora, después de veinte días de inicio de la campaña de pesca, y deja un récord en los archivos de pesca de Medio Ambiente en el río con sus casi 11 kilos de peso. Exactamente, han sido 10 kilos y 837 gramos y unas medidas de infarto: 98 centímetros de largo y 53 de contorno máximo.

A las 13.25 horas de ayer el asturiano Virgilio Alonso González hacía historia en la pesca del salmón en el Lérez al conseguir un campanu, primer ejemplar de la temporada, que ha superado todas las marcas desde los años en los que se tiene registro. Según los funcionarios de la Xunta de Galicia que se encargaron de registrar las medidas del pez, solo se tiene constancia de uno que se acercase a este peso: algo menos de unos 10 kilos y medio en el año 1964. Desde entonces, las marcas más elevadas han sido de 9 kilos en los años 1982 y 2012.

"Siempre frecuentamos este río por la calidad de sus aguas y por su transparencia. Además, es un río que está en un entorno totalmente natural, algo que ya no es fácil de encontrar. Para nosotros,la pesca más que un deporte es una pasión", asegura Virgilio Alonso, que capturó al campanu en compañía de su esposa, Dori Francisco Álvarez, natural de León y también aficionada a esta práctica en la naturaleza.

La pareja vive en Madrid y viene a Pontevedra cada año para poder participar en la campaña de pesca del salmón, solo así se explica que él ya capturase al campanu del año 2016, aunque por aquel entonces se trató de una pieza mucho menor, de 3 kilos y 600 gramos.

"Este coto me trae buena suerte", explica el pescador.

Alonso lleva más de 30 años capturando salmón, aunque se inició con la caña desde mucho antes, siendo un niño y pescando trucha en los ríos asturianos, comunidad autónoma en la que hay mucha tradición.

No existe una clave para lograr capturar una pieza como la que este año se ha convertido en campanu, solo "el tesón, la constancia, el sacrificio y el conocimiento", reconoce el asturiano.

En su caso la suerte ha tenido un gran papel, ya que a las cuatro horas de apostarse en el río consiguió a su hermosa presa. "Llegamos a las 9 de la mañana porque anoche (por el lunes) tuve que ir a buscar a mi mujer al aeropuerto. Así que hoy tampoco hemos madrugado mucho. Poco antes de la una y media había picado", celebra.

Como si de la escena final de la novela "El viejo y el mar" de Ernest Hemingway se tratase, Virgilio Alonso sintió como el salmón había quedado prendado en su anzuelo, a lo que siguió una calma absoluta. "Los salmones grandes al principio no dan guerra, pero después me tiró más de 70 metros de nylon", asegura mostrando el dedo que le quedó dañado por la fuerza del animal que intentaba salvar su vida.

"Es el récord del Lérez, no deja de ser un pez que nos ha hecho mucha ilusión", confiesa.

Además, en vista de la escasez de salmón en los ríos, el mérito es todavía mayor. "Ya se ve poco salmón, pero aquí y en otros ríos: el Ulla, el Eo, el Sella... que están incluso peor", informa el pescador.

El futuro del "big fish" del Lérez ya está comprometido, aunque no a nivel comercial, ya que la normativa impide hacer negocio con este tipo de capturas.