La temporada de pesca de salmón arranca hoy en el río Lérez, con cambios, derivados de la escasez de ejemplares. Así, la campaña se reduce a solo dos meses, del 1 de mayo al 30 de junio. Además, solo se permiten cinco capturas en todo este periodo, la mitad que el pasado año. Los pescadores, que acudirán gradualmente y por sorteo al coto de Monte Porreiro, señalan que las lluvias de abril han dejado al río "perfecto" para la pesca, pero admiten que no se han visto aún salmones.

La normativa de pesca de la Consellería de Medio Ambiente subraya que "finalizada la temporada de salmón (en este coto, de unos tres kilómetros de longitud) no se expedirá ningún otro tipo de permiso", ni siquiera los de pesca sin muerte que sí se autoriza en otras áreas. Este periodo es el más corto entre los cotos gallegos, ya que en la mayor parte se mantienen los tres meses habituales, hasta el 31 de julio, salvo en los del Eo compartidos con Asturias, que la campaña concluye el 15 de julio.

La reducción del tope de capturas a cinco, la mitad que el pasado año, se produce después de una campaña en 2018 en la que no se llegó, ni de lejos, a esa cantidad a causa del descenso de la población de salmones y, por tanto, de las capturas. De hecho, los dos ejemplares pescados el pasado año significaron la cifra más baja desde hace dos décadas, si bien entre 1996 y 2002 este coto estuvo vedado.

Esta cifra tan baja de capturas no se registraba desde 2003 (también hubo ese año dos capturas) pero progresivamente fue aumentando la población hasta alcanzarse 16 en 2006, catorce en 2015 y 15 en 2016, cuanto el tope máximo por temporada era precisamente de quince. Ya al año siguiente, con el tope reducido a diez, apenas hubo cinco ejemplares pescados y ahora el resultado es aún peor.

Trucha y reo

La campaña para la captura del reo y la trucha comienzan, al igual que el salmón, mañana, pero en estos dos casos se extiende hasta el 31 de julio con carácter general.

En el primer caso, cada ejemplar debe medir un mínimo de 35 centímetros con un tope de dos reos

por persona y día. La talla mínima de la trucha se fija en 19 centímetros, con un máximo de seis ejemplares por pescador y jornada.