María Ferreira, propietaria de O Pan de San Antonio, todavía recuerda con terror una noche en la que asegura que pudo haberlo perdido todo si no fuese por la solidaridad de sus vecinos, "que dejaron sus casas por venir a salvar la mía". Para ellos solo tiene palabras de agradecimiento. El fuego llegó a la casa y a su panadería. Se le quemó un coche, la leñera, maquinaria con la que acuden a ferias y hasta se le derritieron las persianas. "Yo soy de las afortunadas que tenía seguro y pude cobrar algo". En cuanto a la línea de apoyo que abrió la Xunta, María Ferreira lamenta el exceso de burocracia, ajeno a una realidad rural que vive al margen de papeleos. "El caso de muchos de mis vecinos es muy doloroso. Personas que perdieron sus viñas y no recibieron ayudas porque no las tenían registradas. ¿Pero qué van a registrar si es para consumo propio?. A otra vecina se le quemaron los animales y tampoco la indemnizaron por la misma razón. Es como si la Xunta desconociese cómo se plantea la vida en el rural".

Su negocio en el centro de la villa le permite conocer la evolución de la mayor parte de los damnificados, y todos los casos tienen similitudes. "En el caso de mi tío, que vive cerca de la iglesia, le ardió un hórreo que tenía más de 200 años. Para tramitar la ayuda le pedían los planos".

Y frente a la postura de la Xunta, María Ferreira tiene palabras de reconocimiento para el Concello. "Les dio rulos de alimentos para los animales que quedaron, porque se quemó todo, se perdió todo. El Concello fue la única administración que reaccionó con rapidez y tuvo algo de apoyo para los vecinos". Cerca de su vivienda particular, María Ferreira tiene dos tanques de gas que abastecen su obrador. "Tenía pánico. Llamé enseguida. El Concello estaba desbordado aquella noche, pero fueron los primeros en llegar. Tuvimos mucha suerte de haber perdido solo cosas materiales". Resume este último año con uno de "muchos gastos, cero ayudas". Apunta que la mayoría de las personas afectadas renunciaron a la petición de subvenciones autonómicas al no cumplir los exigentes requisitos.