La concesionaria de la Autopista del Atlántico (Audasa) ha iniciado una ofensiva contra los conductores extranjeros que su plantilla interpreta como contraria a la normativa comunitaria sobre la libre circulación de personas en los estados miembros de la UE. Los responsables de las estaciones de peaje, como en la de Figueirido (Pontevedra), han prohibido al personal de las cabinas que expidan la "Autorización de Paso" a los vehículos foráneos cuyos ocupantes tengan problemas para abonar el canon, sea por falta de efectivo o por fallos con sus tarjetas. Este es el procedimiento habitual que siguen los peajistas cuando un conductor se encuentra en similar situación, y de hecho hasta ahora facilitaban dicho documento, que da 20 días de plazo para pagar bien en persona o vía transferencia bancaria, "sin fijarse si era español o portugués, por ejemplo", denuncian fuentes sindicales.

Y precisamente los conductores de esta nacionalidad son quienes más sufren la orden de la concesionaria. Ya sea camionero o turista, si llega a la estación de peaje sin dinero suficiente, o sus tarjetas de crédito fallan en las máquinas de pago automático o en la terminal de la cabina, su vehículo quedará inmovilizado. Lo más sorprendente es que una circunstancia tan excepcional como los fallos en las tarjetas de los extranjeros se produce con una inusitada frecuencia desde hace algunas semanas. "Es muy extraño y todavía más que ocurra siempre con los portugueses. Y esta misma semana cuatro o cinco vehículos lusos acabaron retenidos porque no funcionaban sus tarjetas", aseguran a este periódico las citadas fuentes.

Una vez que el vehículo queda retenido, el extranjero solo tiene dos opciones para recuperarlo: o apelar a la solidaridad de otro conductor que le acerque a un banco y le lleve de vuelta a la estación de peaje, o llamar a un familiar que acuda a su rescate con los 3,55 euros que cuesta el trayecto entre Vigo y Pontevedra si se trata de un turismo. Por muy surrealista que parezca, las mismas fuentes añaden que dentro de los afectados por esa medida hubo uno en concreto que esperó desde la mañana hasta a la noche por un amigo que se desplazó desde el otro lado de la frontera para entregarle el dinero y poder seguir su ruta hasta A Coruña.

A los peajistas les llama mucho la atención la resignación con la que estos conductores portugueses se toman la inmovilización de su vehículo. Algunos interpretan que la negación de la "Autorización de Paso" se produce en revancha por lo que califican como "guerra entre concesionarias", en referencia a Audasa y la lusa Brisa, que se resisten a hacer compatibles su dispositivos de telepeaje. Porque aunque los gobiernos español y portugués anunciaron hace meses que este problema estaba resuelto, lo cierto es que al menos un OBE luso no funciona en las cabinas de Audasa, y viceversa, tampoco el español funciona en Portugal.