La ley antitabaco, que desde enero de 2011 prohibe fumar en prácticamente todo tipo de local cerrado y en especial en el interior de los bares y las cafeterías, ha disparado en este año y medio el número de terrazas en las calles de la ciudad. En invierno, estos lugares, calentados con estufa se convirtieron en "refugio" de los fumadores, y en verano, el buen tiempo ha disparado su número. Pontevedra, con una amplia relación de espacios peatonales, se ha convertido en una ciudad "tomada" por los veladores, hasta el punto de que más de un tercio de todos los locales urbanos disponen de este "añadido" en las calles.

Según el último censo de negocios de restauración elaborado por La Caixa en su Anuario Económico de España 2012, en Pontevedra están registrados 717 actividades de este tipo, desde bares y cafeterías a restaurantes. La asociación de hosteleros de Pontevedra Hoaspo eleva esa cifra a "alrededor de 800". De todos ellos, al menos 240 locales disponen de terrazas, lo que supone un tercio del censo global. Al menos esa cifra es la de terrazas regularizadas, toda vez que son las que constituyen el padrón fiscal del Concello. Según este padrón, estos 240 bares con veladores en el exterior, cuentan con autorización para instalar 1.650 mesas con sus correspondientes cuatro sillas, lo que supone una ocupación de alrededor de 7.000 metros cuadrados de las calles, en su mayor parte remodeladas y peatonalizadas en los últimos años.

Plazas como A Verdura, A Leña, Curros Enríquez y Méndez Núñez, espacios como Gutiérrez Mellado y Rosalía de Castro, la glorieta de Compostela, la calle Padre Luis o incluso la plaza de España, además de innumerables aceras, son claros ejemplos del auge que el "terraceo" ha registrado en Pontevedra en el último año y medio.

De hecho, cuando comenzó a aplicarse la ley antitabaco, en enero de 2011, los bares vieron en los veladores una fórmula para mantener a los clientes fumadores. En los primeros cuatro meses del pasado año el Concello recibió una avalancha de peticiones, a un ritmo de siete cada mes, que se fue incrementando progresivamente hasta alcanzar las 240 autorizaciones actuales. Este aumento supuso una "saturación" de terrazas en algunos lugares, en especial en el casco viejo, lo que obligó a incrementar los controles y establecer prohibiciones en determinadas calles. De hecho, en cierta época se actuó de forma expeditiva en el entorno del santuario de la Peregrina. Además, el Concello ha visto como aumentaban sus ingresos por este tipo de actividad, con una previsión para este año de unos 165.000 euros. Cada local con permiso debe abonar un fijo anual de 72 euros por cada mesa con sus cuatro sillas, a lo que se añade un coeficiente según la ubicación. Resulta una media anual por bar de casi 700 euros.

Ruidos, horarios y veladores, principales infracciones

Las infracciones del horario de cierre se convirtieron el pasado año en el principal motivo de denuncia de la Policía Local contra los locales de copas de la ciudad, ya que tres de cada diez expedientes abiertos por los agentes en 2011 con los bares se centraron en el incumplimiento de las horas para cerrar los negocios. Las denuncias por ruidos y las infracciones detectadas en las terrazas completan el grueso de las intervenciones de la Policía Local para el control de la "movida" nocturna. De hecho, estos tres conceptos (ruidos, horario y terrazas) acaparan el 60% de todas las denuncias del pasado año contra los locales de ocio, según se detalla en la memoria de 2011 de la plantilla.

En conjunto, la Policía Local abrió el pasado año 162 expedientes a estos locales, lo que supone una media de apenas 14 casos al mes. Así, solo se denunciaron dos casos de exceso de aforo, aunque sí hubo 24 denuncias por negocios sin licencia y otros 20 por cambios de titularidad sin autorización.