Seis bodegas gallegas participarán en un proyecto pionero que llevará a cabo la Misión Biológica de Galicia para mejorar la calidad de los vinos gallegos. A través de un consorcio que han creado las bodegas se estudiará el potencial vitícola y enológico de nueve variedades de uva cultivadas tradicionalmente en Galicia, cinco de ellas de blanco: Albariño, Godello, Treixadura, Loureiro y Caíño, y cuatro de tinto: Mencía, Castañal, Merenzao y Caíño.

Según indicaba la responsable del proyecto, Carmen Martínez, "la calidad de los vinos gallegos es evidente, pero pueden hacerse más originales y especiales". Con este proyecto se busca situar a Galicia a la vanguardia de la tecnología en el sector vitivinícola.

Así, los objetivos del proyectos son adaptar los cultivos de cada una de las nueve variedades a las condiciones climáticas concretas de cada viñedo; prevenir enfermedades; rediseñar los procesos de fabricación para reducir los costes de producción; mejorar los márgenes de comercialización e impulsar el cultivo de las variedades menos utilizadas y elaborar a partir de todas ellas vinos diferenciados y de alta calidad.

El estudio, que ya se ha iniciado y que se desarrollará durante las vendimias de 2012, 2013 y 2014, intentará desarrollar una viticultura menos costosa y más sostenible con el medio ambiente. También se analizarán las enfermedades más frecuentes en la viticultura gallega: mildiu, oidio, botritis y black rot, para cruzar los resultados con datos climáticos y saber cómo afecta el clima a las enfermedades.

Sensores inalámbricos

El Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), que ya ha puesto en marcha tecnología en diferentes sectores agrarios, monitorizará las cepas a través de un sistema de redes de sensores inalámbricos que captarán y transmitirán información en tiempo real de múltiples parámetros ambientales, del suelo y de la propia planta, como la temperatura y la humedad ambiental del terreno y de la hoja, el contenido de agua del terreno o la radiación solar, entre otras cuestiones.

El grupo de viticultura de la Misión Biológica de Galicia cruzará todos los datos obtenidos y podrá elaborar un modelo de avisos de enfermedades adaptado a las diferentes zonas de Galicia y a las condiciones particulares de cada viñedo.

El presupuesto para la elaboración de este estudio es de tres millones de euros. El 50% será financiado con fondos Feder de la Unión Europea y el resto será costeado por las empresas que forman parte del consorcio. Tienen claro que "no hay mercado para todos los vinos, sólo para los mejores" y por eso no han dudado en hacer una importante inversión en este proyecto.

Un consorcio de empresas competidoras

Para poner en marcha este proyecto, en el que participan las bodegas Martín Codax, Marques de Vargas, Moure, Valmiñor, Val de Sil y Rectoral de Amandi, se ha organizado un consorcio de bodegueros que, pese a ser competencia entre ellos, se han unido porque tienen claro que "hay que trabajar conjuntamente para conseguir una mayor eficiencia. El proyecto tiene mucho que ver con la economía", indica Juan Vázquez, portavoz del Consorcio.

Los bodegueros están muy sensibilizados y concienciados con su futuro. Está bajando el consumo de alcohol, el mercado se reduce y nosotros tenemos que seguir ganando clientes, por lo que sólo pueden quedar los mejores.

"Aunque somos competidores, cada empresa tiene su segmento de mercado", indican. Por eso no han dudado en unirse para formar parte de un proyecto que "tendrá un tronco común que cada uno de nosotros puede aprovechar para mejorar sus vinos. Ese es el éxito del proyecto, que cada bodega podrá aplicarlo individualmente", apuntaban ayer desde el consorcio.