Sus cerca de 2.500 trabajadores con empleo estable (entre ellos un centenar de civiles) hacen de la base General Morillo la "empresa" más grande de Pontevedra y una de las más "generosas" a tenor de que genera un impacto económico directo en la ciudad cifrado en algo más de 40 millones de euros, según los datos facilitados por fuentes militares.

El peso laboral del cuartel del Ejército de Tierra queda en evidencia con la siguiente comparativa: trabajan más personas en las instalaciones militares de Figueirido que, por ejemplo, en el edificio administrativo de la Xunta en Campolongo (alrededor de un millar), en el Complejo Hospitalario de Pontevedra (más de 1.500) o que en Ence (350).

Es política del Ministerio de Defensa integrar sus centros en el entorno más inmediato y para ello –al margen de los cientos de militares y familias que viven, estudian, compran o trabajan en la capital o en los municipios limítrofes – el Ejército adquiere sus suministros en el comercio local: desde alimentos o ropa a repuestos de vehículos o material de oficina y adjudica las concesiones de los servicios externalizados de la base (cocina, limpieza o mantenimiento) a empresas de la zona.

Además la base General Morillo, sede de la Brigada de Infantería Ligera Brilat "Galicia" VII, acerca periódicamente su realidad a la población civil y pulsa su opinión en jornadas de puertas abiertas o con la realización de visitas didácticas coordinadas con centros escolares.

Según la información facilitada por la propia base General Morillo de los 40 millones de euros que el centro castrense mueve anualmente: 34 millones corresponden a nóminas y dos millones más a dietas por desplazamientos.

Siguiendo con la enumeración oficial: aproximadamente 1,8 millones se destinan a la compra de productos alimenticios –"en empresas de la zona" recalcan fuentes militares– y otros 1,3 millones a lo que definen como compras "corrientes" (de reposición o suministros varios).

El parque móvil de la base es generador también de un importante movimiento económico que no está cuantificado pero que estiman "importante" ya que, al margen de los vehículos y transportes militares que hay en la base, cada día entran y salen del recinto militar una media de 1.500 coches y motos particulares. Son los que traen y llevan a los soldados desde casa hasta su puesto de trabajo.

Brigada gallega

De los 2.400 efectivos que integran la Brigada de Infantería Ligera Brilat "Galicia" VII, alrededor de 1.700 son gallegos y entre ellos hay unos 450 nacidos en Pontevedra. El origen geográfico de los militares hacen de la Brilat un cuerpo eminentemente gallego lo que facilita la interacción de sus miembros con el entorno.

La llegada, en noviembre de 2009, de un general ourensano a la base, Alonso Miranda, ha abierto un canal de comunicación permanente con los vecinos, a pesar de estar inmersos en distintos contenciosos judiciales con el Ministerio de Defensa por la titularidad de los terrenos que ocupa el acuartelamiento.

Aunque el militar tipo de la Brilat responde al perfil de: varón y gallego; en la base General Morillo hay también mujeres aunque apenas suman el 11% de los efectivos.

Por otra parte, desde que las Fuerzas Armadas abrieron sus puertas a los inmigrantes en el año 2002, las incorporaciones de soldados de origen extranjero han ido in crescendo, dentro de los topes admitidos por el reglamento castrense, superando a día de hoy en el caso de la Brilat el 10% de sus efectivos.

La Brigada de Infantería Ligera "Galicia" VII admite, como está reglado, solo inmigrantes originarios de Latinoamérica –de 17 países tras quedar excluida Cuba hace un par de años de la relación inicial– y de Guinea Ecuatorial. En la base General Morillo tan solo hay soldados extranjeros hispanoamericanos siendo Colombia y Ecuador las nacionalidades más repetidas.

La milicia inmigrante puede encadenar contratos en las Fuerzas Armadas españolas por un período máximo de seis años aunque si solicitan la nacionalidad española pueden prorrogar tres años más el compromiso. Si se convierten en ciudadanos españoles como cualquier otro nacional pueden optar a un contrato de larga duración.

La Brilat se prepara para su próxima misión en Afganistán

Los militares de la Brigada de Infantería Ligera Brilat "Galicia" VII regresarán a Afganistán, siempre que el Ministerio de Defensa no altere los planes previstos, antes de que finalice el año.

Será su séptima misión en el país asiático y llegarán en uno de los momentos de mayor conflictividad y cuando contingentes de distintos países han iniciado el repliegue.

La Brigada escribió en Afganistán sus páginas más tristes ya que allí perdieron la vida quince de sus soldados: doce al desplomarse un helicóptero en el año 2005, uno en el 2007 (la primera mujer militar que murió en una misión internacional) y dos más en el año 2008.

El último despliegue de la Brigada en Afganistán se produjo entre noviembre de 2010 y abril de 2011. Entonces todos los efectivos regresaron a casa sanos y salvos.

La profesionalidad, versatilidad, constante actualización y disponibilidad son factores que definen a una Fuerza de primera respuesta como la Brilat y que juegan a favor de los hombres y mujeres que la integran a la hora de afrontar misiones en un entorno hostil. También juega a favor del éxito de misiones como la que previsiblemente tendrán que encarar a final de año la dilatada experiencia de esta unidad en intervenciones coordinadas en el exterior.

Fue en el año 1995 cuando el primer contingente de la Brigada de Infantería Ligera "Galicia" VII se sumó a una misión internacional: Unprofor, en Bosnia-Herzegovina, bajo mandato de la ONU.

Desde entonces la brigada tiene en su haber dieciséis intervenciones de paz y reconstrucción: tres en Bosnia-Herzegovina, tres en Kosovo, una en Irak, una en Pakistán seis en Afganistán y dos en Líbano.