Más de un millar de letrados están llamados a las urnas el próximo sábado, día 17. El Colegio de Abogados de Pontevedra celebra elecciones, en las que se elegirá la junta directiva de la entidad durante los próximos cinco años. Eloy Artime Cot deja el cargo y en estos comicios compiten dos candidaturas conjuntas, que encabezan respectivamente el vicedecano en funciones, Ramón Jáudenes López de Castro, y María Mercedes González Míguez. Si gana ésta última, sería la primera vez que una mujer estaría al frente del colegio pontevedrés de abogados en sus 173 años de historia.

–¿Por qué se presenta a estas elecciones?

–La candidatura empezó a fraguarse hace unos tres meses y surge de las conversaciones entre un grupo de compañeros en las que me proponen que me presente al cargo de decano. Somos un equipo muy coordinado con una visión común de lo que entendemos que debe ser el colegio. Fue una decisión de compromiso de trabajo por el colegio y para los colegiados. Eso supone quitar horas de la vida personal y de dedicación a tu despacho, pero es algo que todos asumimos.

–La otra candidatura la encabeza el vicedecano en funciones. ¿Hace falta renovación?

–La renovación siempre es buena y necesaria. Sinceramente, cuando nos decidimos a presentar esta candidatura consideramos que es bueno que los colegiados puedan tomar una decisión teniendo una alternativa. Es bueno que haya varias candidaturas, porque eso demuestra el interés de los colegiados por participar en la vida colegial.

–Si gana sería la primera vez que una mujer dirigiese un colegio con 173 años de historia.

–En la actual situación de la sociedad tiene que verse como algo absolutamente normal que una mujer pueda ser decano de un colegio de abogados. Y si esto ayuda a que en el futuro otras compañeras puedan tomar esta decisión bienvenido sea.

–¿Cuáles son sus propuestas programáticas?

–El ejercicio profesional de la abogacía se encuentra ahora con una serie de exigencias a las que el colegio no solo tiene que dar respuesta, sino que también tiene que tener protagonismo. Hay retos en los que el colegio tiene que estar presente, y nuestra candidatura ofrece renovación, trabajo y eficiencia. Pensamos por ejemplo que hay que abrir el colegio a los colegiados, y fomentar su participación en todos los ámbitos de la vida colegial. Nuestro ámbito territorial es muy amplio, y tenemos partidos que se encuentran a una distancia considerable de la sede del colegio, que está en Pontevedra. Por ese motivo, el colegio tiene que hacer un esfuerzo para que los colegiados de los partidos sientan la presencia y el amparo del colegio. También creemos que hay que trabajar en la adaptación a las nuevas tecnologías, que hay que fomentar la coordinación con los demás operadores judiciales y que hay que dar un impulso a la Escuela de Prácticas Jurídicas como centro especializado de formación, dirigido tanto a los nuevos colegiados que están preparando su acceso al ejercicio de la profesión, como a los que ya llevan tiempo. Hoy en día la formación continua y el reciclaje son muy importantes porque en nuestra profesión nos enfrentamos cada cierto tiempo a reformas procesales y nuevas materias. También hay que ofrecer formación especializada a los colegiados que integran el turno de oficio en ámbitos como la violencia de género, extranjería o menores.

–¿Qué mejoras se pueden introducir en el turno de oficio?

–Es un tema sensible, porque la gran mayoría de los colegiados de Pontevedra están adscritos a él. Lo que suelen trasladar los compañeros del turno de oficio es que no acaba de conseguirse una gestión eficiente. En el caso de los pagos ya no hay tanto retraso como hace unos años, pero sigue habiéndolo. Pero no es solo eso. Sería deseable un mejor funcionamiento de la Comisión de Justicia Gratuita; que no se dilaten demasiado las resoluciones de aceptación o denegación; o poder organizar la formación y la especialización de los letrados en determinados ámbitos. Hay que buscar la eficiencia, y aunque ya se ha trabajado en esto todavía queda camino por recorrer. Asimismo, hay que conseguir la dignificación de la figura del abogado de oficio, porque hace una labor muy importante para la sociedad. Para conseguir todo esto hay que seguir trabajando en los foros de interés para la profesión, con el consejo gallego, con los demás colegios de abogados de Galicia y con la propia administración.

–En su programa también tienen propuestas de tipo social.

–Ahora mismo la cobertura sanitaria pública en el ámbito gallego solo está prevista para los abogados del turno de oficio, y lo que pretendemos es que esa cobertura se extienda a todos los letrados. Este es un asunto en el que el colegio tiene que trabajar a través de los foros correspondientes. También nos preocupa la conciliación de la vida familiar y laboral. Esta es una profesión enriquecedora, pero también dura, exigente y muy absorbente. Esto es así para todos, pero en el caso de las abogadas se nota con mayor intensidad, sobre todo cuando tienen entre 30 y 40 años. Hay que luchar porque se reconozca en el Estatuto General de la Abogacía el derecho a conciliar la vida laboral y familiar.

–¿Qué medidas concretas sugieren?

–No pretendemos que la necesidad de conciliar se reduzca solo a la maternidad, aunque en ese caso pienso que si bien ninguna compañera tendría problemas para conseguir la suspensión de un señalamiento no ocurre lo mismo con los plazos. Soy consciente de que en nuestra profesión es muy difícil conciliar, pero eso no implica que no podamos tratar de mejorar algo.

–¿Están muy atascados los juzgados de su demarcación?

–Algunos sí, pero no todos en igual medida. Pero sí hay que mirar cómo puede solucionarse eso, porque algunos juzgados están realmente colapsados.

–¿En qué perjudica el atasco a los abogados?

–Eso significa un retraso en obtener la sentencia y en función del tipo de procedimiento ese retraso puede ser muy perjudicial para el cliente. En el caso de una reclamación de cantidad, por ejemplo, que la sentencia se retrase o no puede significar que aunque sea favorable cuando se ejecuta ya sea imposible cobrar.

–¿Qué es lo más bonito de su profesión?

–Sobre todo la sensación de que estás apoyando a tu cliente, que él sienta que tiene alguien que le apoya y que trata de ayudarle cuando tiene un problema.

–Es un trabajo con muchas salidas laborales posibles.

–La ventaja que tiene la licenciatura de Derecho es que es muy versátil, te permite un amplio abanico de opciones, desde el acceso a la administración pública hasta salidas de gestión en la empresa privada.

–A veces da la impresión de que cada operador jurídico (jueces, fiscales, abogados...) va a lo suyo, que no hay coordinación entre ellos por exceso de corporativismo.

–Yo no lo percibo así. Cada cual trata de desempeñar su función lo mejor que sabe y puede. El corporativismo en sí mismo no es malo. Lo que hay que tender es a buscar una mayor coordinación.