La maniobra irregular realizada ayer por la mañana por el patrón de un velero atracado en el puerto de Portonovo pudo provocar ayer una tragedia entre los participantes de una regata infantil de piragüismo que se celebró con la asistencia de 200 menores de 13 años procedentes de 7 clubes de las comarcas de O Salnés y Pontevedra, e incluso del concello corunés de Narón. Por suerte todo quedó en un gran susto y el daño material en unas piraguas que acabaron debajo de un pantalán por el remolino causado por los motores del velero infractor.

El suceso ocurrió a mediodía de ayer en Portonovo cuando faltaba poco para terminar la competición amistosa organizada por el club de piragüismo.

Según los asistentes, la organización fue impecable y todo se desarrollaba sin problemas, con numerosos padres de los regatistas como espectadores.

Los organizadores tenían la zona bien señalizada y además había un equipo que se dedicaba a dar salida a las embarcaciones atracadas en el puerto. El proceso, para evitar cualquier tipo de peligro con los regatistas, se realizaba entre las diversas competiciones porque cada una de ellas duraba únicamente tres minutos. Ese era el tiempo que debían esperar los patrones de los barcos para salir a navegar.

No hubo ningún tipo de problemas con los usuarios habituales de la dársena de Portonovo. Pero, pasadas las 12 del mediodía, el patrón de un velero de un mástil atracado en el muelle intentó zarpar. La organización le pidió que esperara 3 minutos a que acabara la prueba. En un primer momento acató la petición y paró, pero en menos de un minuto con los motores a todo gas volvió a zarpar haciendo una maniobra rara, dando un par de vueltas en la zona y provocando, según los numerosos testigos, un remolino en el agua.

En ese momento llegaban a puerto varios piragüistas que estuvieron a punto de caer al agua, ante la desesperación de sus padres que observaban todo desde tierra. Los gritos no disuadieron al patrón que continuó su camino poniendo en peligro a los menores de 13 años que estaban en la regata.

Incluso, un par de piraguas, con el efecto del remolino que se hizo en el agua, fueron impulsadas hacia un pantalán, golpeándose. Por suerte todo acabó en un susto porque los niños participantes no sufrieron lesiones y los únicos daños fueron los de las embarcaciones.

Uno de los equipos de control de la regata llamó a la Guardia Civil, que estaba controlando en la zona, para alertarle de lo ocurrido, pero el velero ya estaba fuera de la zona. Fuentes del cuerpo armado intentaban localizar al barco infractor.