El municipio de Pontevedra y los restantes de la comarca están experimentando un cambio de tendencia en lo que a casos de robos se refiere. El subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández, ya lo apuntó recientemente: las fuerzas de seguridad están constatando un descenso de estos delitos en las zonas urbanas y un aumentos en los entornos rurales. Esta misma semana está siendo un nuevo ejemplo, ya que en los últimos días se han producido al menos dos, uno en Barro y otro en Campañó.

En uno de ellos las víctimas, una familia del lugar de Fonte do Curro, en el municipio de Barro, sufrieron la pérdida de 12.000 euros en joyas. Después de dejar "patas arriba" la mayor parte de habitaciones de esta vivienda unifamiliar, el autor o autores de este suceso obtuvieron este cuantioso botín. Todo en la noche del martes de Entroido, pero cuando ni siquiera eran las diez de la noche.

Sucesos violentos

Los vecinos del lugar, tras conocer lo ocurrido, denunciaron que la mala iluminación pública existente en este lugar pudo facilitar la comisión de lo sucedido. La Guardia Civil cree que la llegada, pasadas las nueve y media de la noche, de un miembro de la familia que vive en la casa aceleró la huida de los asaltantes ya que la casa estaba estaba totalmente "revuelta" con la excepción de la cocina en donde sólo estaba abierto un cajón. La hipótesis que se baraja es que desde la ventana de la cocina vieron que llegaba alguien y salieron corriendo antes de que los sorprendiesen.

Si este tipo de hechos, cometidos en zonas con una densidad de edificación no demasiado elevada, ya generan alarma entre el vecindario de una parroquia -los vecinos de Fonte do Curro se mostraban ayer "alarmados" por lo sucedido a esta familia natural del municipio-, otros como el registrado también esta semana en Campañó aumenta aún más si cabe la sensación de desamparo entre algunos habitantes de los ámbitos rurales.

En esta zona del municipio capitalino se produjo un robo más violento que el anterior, puesto que además de causar daños en la vivienda también se amenazó y maniató a la mujer que estaba dentro en ese momento. Después de un forcejeo un único caco, según denunció la víctima, logró inmovilizarla. Todo a plena luz del día, puesto que pasaban de las 14.00 horas del pasado martes cuando aconteció. El ladrón únicamente se llevó comida del frigorífico, puesto que podría haber escuchado ruidos que le ahuyentaron, abortando su plan ante el riesgo de ser descubierto. La propia víctima hizo una llamada telefónica para alertar de lo sucedido, pero cuando pudo realizarla el ladrón ya no se encontraba en el domicilio. Fueron unos familiares quienes, al recibir esa llamada, acudieron en su ayuda. Allí encontraron a la víctima en estado de shock, visiblemente alterada.