Las investigaciones realizadas en las últimas horas por la Policía Nacional de Pontevedra confirmaron que la muerte de un ciudadano portugués que se cayó desde una altura de unos 10 metros en la madrugada del domingo en la avenida de Lugo se debió a un accidente, tal y como se barajaba ese mismo día en el propio lugar de los hechos. Asimismo, descartaron la participación de terceras personas en el suceso.

Fuentes oficiales de Comisaría confirmaron que la víctima ha sido identificada como P. C. A. P., de 49 años de edad. Se trata de un viejo conocido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Pontevedra ya que contaba con múltiples antecedentes policiales, algunos de ellos por delitos contra el patrimonio. Los agentes lo conocían de sobra y por eso se dieron cuenta de que había regresado a Pontevedra después de abandonar la prisión de A Lama el pasado 23 de octubre.

Al parecer, también se comentaba en círculos policiales que sufría problemas de drogodependencia.

Llevaba apenas una semana en la calle tras su paso por la cárcel cuando encontró la muerte al caerse desde lo alto de este muro el pasado domingo. Entre las once y media de la mañana un conductor que llegaba a repostar a la gasolinera de Cepsa anexa al lugar en el que se produjo el suceso lo descubrió, junto al empleado del establecimiento. Avisaron de inmediato al 112 que movilizó a la Policía Nacional cuyos agentes se hicieron cargo de la investigación.

Lo que desconoce la Policía Nacional es la razón por la cual esta persona se encontraba en lo alto de este muro que da acceso a las fincas de unas viviendas de Mourente y a la visera de la estación de servicio. Todo hace indicar que estaba intentando escalar el desnivel o que intentaba descender desde lo alto del mismo cuando se precipitó al vacío. Al parecer, intentó evitar la caída agarrándose a los matorrales y el cuerpo sin vida todavía sujetaba varias ramas a las que trató de asirse en vano.

A consecuencia del golpe contra la acera sufrió un fuerte golpe en la cabeza y también en la pierna, según indicaron los testigos que descubrieron el cadáver que se encontraba en medio de un gran charco de sangre.