Una tubería cuadrada, de acero galvanizado, y sin apenas más añadidos. Con el color y el aspecto de piezas de construcción recién salidas de una fábrica metalúrgica, y con una simpleza de formas marcada por su diseño industrial. Así será el nuevo mobiliario urbano que ayer presentó el concello para su instalación en las calles de reciente reforma o en proceso de transformación.

Se trata de papeletas y bancos (en algunos casos con un aparca-bicis incorporado) de una simplicidad de formas tal que fue recibido ayer, en su presentación en la plaza de la Peregrina, con "división de opiniones" entre los ciudadanos que se acercaban a observarlos. Como mínimo, son controvertidos.

No pocos peatones ya apuntaban que parecen incómodos, porque carecen de respaldo, o que presentan unas aristas que pudieran ser peligrosas, o que no disponen de ningún tipo de adorno o añadido, lo que hace a los nuevos elementos demasiado austeros, sin gracia.

En cambio, también había quien alababa, precisamente, ese diseño vanguardista y, sobre todo su aspecto de robustez, que permiten pensar que harán frente a los vándalos. Entre ellos, el alcalde, Miguel Fernández Lores, quien destacó que este mobiliario fue realizado por la prestigiosa empresa de Braga (Portugal) Larus, siguiendo un diseño del arquitecto Carbalho Araujo.

Lores explicó que estos bancos y papeleras "están especialmente diseñados para Pontevedra, con diversidad y plasticidad, que se puede aplicar a cualquier espacio y con materiales robustos y de larga duración". Cree que "van a mejorar el diseño de la ciudad".

De entrada, se instalarán en la avenida de A Coruña, cuya reforma se inaugura el próximo viernes, día 29, pero está previsto extenderlos a calles como Joaquín Costa, Concepción Arenal o Herreros, y a viales en obras como Colón o Rosalía de Castro. Con el tiempo se verá la aceptación real de unos modelos que hasta ahora nunca se habían visto por la ciudad.