El tramo urbano del río Lérez registró ayer un nuevo vertido de gasóleo, el segundo que se produce esta semana después del derrame del pasado miércoles. Sin embargo, si en aquella ocasión el concello dejó toda la investigación en manos de la Consellería de Medio Ambiente, ayer sí se movilizaron los servicios municipales, hasta el punto de que lograron localizar a los supuestos responsables del vertido.

Se trata del colegio Sagrado Corazón, en la calle de A Estrada, según admitió ayer el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Gómez Junquera. Los responsables del centro educativo reconocieron ante la Policía Local que habían sufrido una pérdida de combustible a causa de una avería en la caldera de la calefacción, según expusieron los propios agentes municipales.

La mancha de gasóleo se detectó hacia las nueve de la mañana en el río Lérez a la altura del puente de los tirantes, unos cientos de metros más arriba del vertido ocurrido el miércoles, cuando se localizó entre los puentes de Santiago y A Barca.

La decisión de seguir, en el caso de ayer, las pistas del vertido por las canalizaciones y los sumideros, se adoptó debido al fuerte olor que desprendía el combustible, que probablemente sea una cantidad mayor que el litro que, según Medio Ambiente, se derramó el miércoles.

Según la Policía Local, agentes de este cuerpo, con ayuda de técnicos de Aquagest, pudieron determinar la procedencia del vertido tras inspeccionar el rastro.

Esta inspección no se produjo, al menos de forma pública en el vertido del miércoles (aunque algunas fuente lo sitúan en el entorno de la calle Loureiro Crespo) y en el caso de ayer pudo influir, quizás, el "tirón de orejas" que el jueves hizo el conselleiro de Medio Ambiente al concello. Manuel Vázquez lamentó que en la ciudad "nos desayunemos cada semana con un vertido". De hecho, desde el pasado 10 de octubre, el de ayer es el cuarto de cierto calibre que padece el río Lérez. El concelo suele atribuir estos casos a derrames particulares de calderas o depósitos a la red de saneamiento, como ocurrió ayer, o de aguas pluviales.

Las amenazas de expedientes de Medio Ambiente

El vertido de ayer es el cuarto de gasóleo que se produce en menos de cinco meses. A esos se deben unir los derrames de otros elementos, especialmente aguas fecales. En el caso de ayer, según la versión municipal, los responsables del Sagrado Corazón optaron por desprenderse del gasóleo arrojándolo por el retrete.

Esta sucesión de sucesos llevó el pasado jueves al conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, a lamentar la proliferación de vertidos que padece el Lérez y a amenazar con expedientes al concello, al que considera responsable de vigilar y controlar este tipo de incidentes.

"No se trata de un problema de sanción o multa, aunque al final haya que multar. Lo que pasa es un problema de colaboración pero no sólo con el concello de Pontevedra".

Quizás esta amenaza agilizó las inspecciones municipales tras el derrame de ayer.