Hay dos formas de enganchar al electorado de cara a las próximas municipales del 28 de mayo. La primera es con promesas políticas de nuevo calado o viejos compromisos pendientes de ejecución que no se han hecho. La segunda es sacar músculo de la gestión realizada para justificar la voluntad individual.
Es en este punto donde cobra especial importancia las inversiones realizadas en el último tramo del mandato y en eso los concellos ourensanos se han puesto las pilas. Especialmente seis de ellos que hacen que las licitaciones públicas del primer trimestre de este año aumenten un 63%.
De las entidad locales a nivel municipal que durante el 2022 licitaron alguna obra, hay seis que aumentaron su inversión en términos relativos y absolutos. La primera de ellas es el Concello de Ourense que, mirando hacia el 28-M, sacó adelante proyectos que fueran adjudicados antes de las elecciones.
El gobierno municipal aumentó la inversión gastando un 437% más que durante el primer trimestre del 2022. El volumen de las licitaciones asciende a 8,2 millones de euros, por los 1,5 que se licitaron durante el mismo periodo del pasado año. La capital ourensana no solo lidera el gasto público en la provincia, sino también a nivel gallego, por encima de la ciudad de Lugo (5,2 millones), Monforte de Lemos (3,8), Vigo (3,3), Sanxenxo (2,4) o Pontevedra (2,4).
Entre las obras que se licitaron y que ya están adjudicadas están las del Parque Canedo, que supone una inversión de 7 millones de euros para construir un parque de 20.000 metros cuadrados y una piscina en el barrio de A Ponte. Es la obra más cuantiosa del gobierno municipal en lo que va de mandato que pretende adjudicar en un periodo breve de tiempo, pero desde la oposición critican ya que “no se podrá realizar, jurídicamente ofrece algunas dudas”. Veremos.
No solo es el gobierno de la capital, sino que hay otros que también apuran sus últimos meses como por ejemplo el Concello de O Bolo que pasó de licitar tan solo 10.000 en el primer trimestre de 2022 a 162.403 durante estos tres meses pasados. Otro de los gobiernos que deciden invertir más en este final de mandato es el de Pereiro de Aguiar que licitó proyectos por valor de 88.380 euros este ejercicio, por los 17.938 del pasado año. Un aumento del 392%.
Lo mismo ocurre con San Cristovo de Cea, Vilar de Santos y A Veiga que durante el 2022 no licitaron nada y en lo que va de 2023 invirtieron en obra pública 152.000, 52.319 y 129.000 euros, respectivamente. Lo mismo pasa con cuatro ayuntamientos más.
Nada durante el mismo periodo del pasado año y este final de mandato un aumento significativo. Celanova sacó a contratación en este 2023 proyectos por valor de 102.052 euros; Lobios licitó 56.652 euros; Muíños gastó 257.992 euros; y el gobierno municipal de Oímbra hizo lo mismo hasta licitar un volumen de 136.662 euros.
¿Qué decidirá el electorado? ¿Gestión o nuevos/viejos proyectos? Las urnas decidirán pero lo gestión ejecutada o licitada en los últimos meses es una justificación más para pedir el apoyo de cara a un próximo mandato. Las estadística del gasto están ahí según datos de la Federación Gallega de la Construcción y eso también marca la intención de voto de electorado, entre otras muchas circunstancias.
El resto de municipios ourensanos no licitaron nada en el primer trimestre de este año, tan solo los mencionados anteriormente.
La segunda con más facturas paralizadas
La provincia de Ourense, en términos municipales, es la única que reduce el dinero paralizado. La cuenta 413, que permite a ayuntamientos y diputaciones desde 2004 situar sus facturas en una especie de limbo antes de incorporarlas al presupuesto y, por tanto, pagarlas, ante situaciones de ausencia de autorización del gasto o de liquidez, registra, al cierre de 2022, 11,6 millones de euros entre 30 concellos, por los 13,3 millones de euros entre 33 concellos de 2021. La capital es el segundo municipio gallego que tiene más cantidad de dinero aparcado, según los datos del Ministerio de Hacienda, que alcanzan los 7,99 millones.