“Trabajar en prisión nos hizo ver lo importante que es la prevención primaria”

La asociación APES cumple 15 años | Nació para evitar la reincidencia de las personas reclusas, pero ha ido “más allá”

Parte del equipo de APES, en su sede de la calle Marcelo Macías. |   FERNANDO CASANOVA

Parte del equipo de APES, en su sede de la calle Marcelo Macías. | FERNANDO CASANOVA / S. DE LA FUENTE

La asociación para la prevención y la educación social, APES, nació en 2008 en el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar para trabajar en el acompañamiento de las personas reclusas ante su puesta en libertad. En ese momento, recuerda la pedagoga y educadora social Patricia Vázquez Quintela, los proyectos se realizaban dentro de la prisión con personas de régimen abierto y cerrado.

El objetivo inicial era la prevención de la reincidencia, pero la asociación pronto fue consciente de que debía ir más allá y ampliar su radio de trabajo reforzando la prevención de la delincuencia. La lucha contra los comportamientos que pueden derivar en actos delictivos pasó a ser su prioridad y, sin dejar de lado la atención dentro de Pereiro, orientaron su trabajo al ámbito socioeducativo y la participación comunitaria.

Quince años después, APES suma 1.038 expedientes de personas atendidas en el centro penitenciario de Pereiro –218 el pasado año–, pero también tiene números para las acciones desarrolladas fuera de la prisión. En 2022, el equipo formado por nueve profesionales del trabajo social, la integración y la educación social y la pedagogía, trabajó con 175 empresas en la búsqueda de empleo para 725 personas vulnerables, y fomentó la prevención en actividades en las que participaron 250 familias, 760 alumnos y 42 docentes.

Patricia Vázquez, coordinadora y presidenta de APES, señala que la finalidad ha sido siempre la prevención de la delincuencia. “Trabajábamos con un colectivo de personas con unas características, circunstancias y condiciones, y nos dimos cuenta de que con ese conocimiento y esa experiencia se podía ir más allá. Vimos lo importante que es la prevención primaria (en el centro penitenciario es terciaria)”. Así, la entidad decidió apostar por la inclusión social de colectivos vulnerables, la prevención en el ámbito de la infancia y la juventud y el empleo.

Oficinas de APES Ourense.

Oficinas de APES Ourense. / FERNANDO CASANOVA

APES extendió su red ampliando sus líneas de intervención: “Creamos una área nueva, la escuela viva, donde los proyectos se dirigen a abordar los factores de riesgo y protección entre los menores. Esto se traduce en proyectos diversos en los que abarcamos temáticas como el vandalismo, los incendios forestales, el acoso escolar o la violencia de género trabajando la promoción de la igualdad, entre otros, pero todos encaminados a la protección, con hábitos positivos, dando la importancia a los valores y a una buena gestión emocional”, detalla Patricia Vázquez.

Conocer los factores de riesgo

En esta línea, la asociación trabaja también con los factores de riesgo, cuya identificación es fundamental, precisan. “Nadie como padre se plantea que su hijo va a ser un delincuente. Dar a conocerlos es importante y que los menores también los conozcan”, explica la coordinadora. En este apartado se fomenta la participación activa del alumnado en problemáticas sociales y este año se estrenó un proyecto en colaboración con la Caixa en el que se abordaron estos factores de riesgo a partir de los testimonios de personas privadas de libertad: “Les contaron como esos factores les acompañaron a lo largo de su vida, y la incidencia que tuvieron en su carrera delictiva, desde el fracaso escolar, pequeños actos vandálicos o conductas irrespetuosas hacia otros compañeros”.

Algunas de las integrantes del equipo, que está formado por 9 profesionales.

Algunas de las integrantes del equipo, que está formado por 9 profesionales. / FERNANDO CASANOVA

El tercer eje de acción de APES es el programa que denominan “Ciudadanía activa”, cada vez más consolidado, en el que ofrecen orientación y apoyo en la búsqueda de empleo a personas en situación vulnerable, vinculando empresas a proyectos sociales a través de la gestión de ofertas, asesoramiento y colaboración en acciones formativas.

Cada empleo conseguido es un éxito “que alienta”, destaca Patricia. “Pero no solo conseguir un empleo, también preparar una charla con un centro educativo en el que trabajas previamente con esa persona, en su trayectoria vital, porque al final no dejas de remover entrañas, pero ves que son capaces de ponerse ante un público, contar su experiencia y ver que sirve de algo. También cuando gestionas actividades de voluntariado y ves que ellos se sienten útiles. El objetivo que perseguimos, no es solo el empleo, sino también que cuando salgan de prisión sean capaces de llevar una adecuada gestión emocional, que sean capaces de organizarse a nivel económico y de hacer un buen uso de su ocio y tiempo libre. Es ir más allá”, concluye Patricia Vázquez.

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