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Apiario de Roberto Gómez, en el municipio de Ramuín. | // FDV

La población de velutinas repunta en la provincia

Las altas temperaturas y la falta de lluvias hacen que los apicultores ya hablen de una “invasión” de velutinas. En la zona de la Ribeira Sacra “repuntó mucho. Hubo poco frío, no nevó y mucho calor”, comenta Roberto Carlos Gómez Alonso, un apicultor que tiene colmenas en los concellos de Nogueira de Ramuín y Boborás. Señala que incluso colmenas situadas en zonas a 900 y 1.000 metros de altitud “pasaron de no tener nada a empezar a tener velutinas. Es un insecto que se adapta bien a las circunstancias”, alerta.

El insecto ya llegó a zonas de alta montaña favorecido por la sequía y altas temperaturas

Han llegado para quedarse, ya que hasta ahora no se ha logrado combatirlas. No solo son una amenaza para las abejas sino también para vida de otros insectos e incluso para la del hombre. Gómez tiene más de 50 colmenas por la zona de Luíntra, y este año notó un notable repunte. Le murieron algunas abejas y lo atribuye a esta especie invasora, ya que al andar volando por fuera de las colmenas las abejas no salen a buscar alimento. Señala que él pertenece a una asociación y los demás socios también constataron este repunte. Indica que “ somos pocos pero cada uno intenta trampear pero nuestra acción solo afecta a un radio de un kilómetro”, y que “por mucho que quieras se nota poco” si las administraciones y demás no se involucran. En el concello de Boborás, donde vive, solo tiene dos colmenas y en este territorio señala que repuntó incluso más que en la Ribeira Sacra. Lamenta que las abejas “ya tienen bastante con el cambio climático y ahora a mayores la velutina que afecta a todo insecto polinizador, ellas comen de todo insecto” y al final “tendremos problemas en la flora de la zona al no haber polinizadores”.

Un problema sin solución

Otro apicultor y experto que incluso impartió cursos en Galicia y Portugal, José Fernández Fernández, de Celanova, también afirma que “es ya una invasión que ha venido para quedarse”, y este año seco y con temperaturas altas “la velutina actúa con más fuerza”. Explica que si bajaran las temperaturas su actuación sería menor, o si lloviera mucho o con viento muchos de sus nidos podrían caer de los árboles. Si lloviera “ya no saldrían tanto a cazar”. Pero con esta “bonanza climática” se sitúan en la entrada de las colmenas y a las abejas que entran y salen las pillan”, por lo que “no salen y nosotros tenemos que alimentarlas artificialmente”.

“Es ya una invasión que ha venido para quedarse”

Galicia ya está invadida y de cada nido “antes de entrar en invernada se marchan unas 2.000 o 3.000 reinas vírgenes”, se resguardan en huecos de árboles y muros, y “las que sobrevivan van a volver a fecundarse y eso es una multiplicación de nidos de un año para otro muy grande”. Asegura que mientras no haya una sustancia que pueda penetrar en los panales de las velutinas y matarlas o algún medicamento que poner en los alimentos en las trampas y que las que lo coman lleguen a sus nidos y trasladen por trofalaxia el mensaje de dónde hay esa comida para que vaya el resto, no habrá solución.

En Celanova hay muchos pequeños apicultores, y algunos con unas 200 colmenas. El 80% en todo Galicia tienen menos de 50, pero hay algunos con hasta 400. Explica que en su momento muchos pensaron que una colmena daba 40 kilos de miel y “eso fue hace tiempo, y no todas las colmenas”, y la gente solicitó las subvenciones de la Xunta, de más de 20.000 euros, y “ese dinero se va casi todo en el material de las colmenas y en abejas”, y como la mayoría carecían de conocimientos en apicultura, “fracasaron”.

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