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Vuelta a la estufas de leña y pellets, como alternativa al tarifazo eléctrico

Aumenta la demanda en Ourense //El precio de estos biocombustibles se dispara y alguno empieza a escasear, al llevar meses importando y haciendo acopio, otros países

Cargando pellets en Bolume Enerxía, en Ourense. | // FERNANDO CASANOVA

La subida del precio de la electricidad y los carburantes ha hecho que los mercados internacionales pongan la mirada en los biocombustibles: pellets (realizados con serrín y restos de la madera); leña; astillas de madera y hasta combustibles realizados de huesos de aceituna.

En Ourense las firmas de instalación de diferentes sistemas de calefacción, entre ellos chimeneas y estufas de pellets, reconocen que empieza a haber un repunte de familias que están consultando ya para instalar estos sistemas alternativos, “que incluso podemos instalar en pisos”, indica José Bernárdez, el primero en introducir este sistema en los años 90 en Ourense.

Los pellets están elaborados con base de serrín prensado y virutas de madera, y es ya la alternativa más ecológica frente a la energía térmica, de hecho es biomasa que se produce a través de desechos de la industria maderera.

Alemania lleva meses importando a 200 euros la tonelada, cuando allí costaban ya 450 la tonelada de pellets, a sabiendas de que la crisis energética va a peor

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El problema es que los pellets son ya un 67% más caros que el año pasado, y la leña, otra alternativa para sistemas de calefacción incluso combinados, se ha encarecido en muchos puntos de venta en torno a un 30% en un año, según los datos de la Organización de Consumidores.

Pero las noticias sobre la crisis energética en Europa llegan tarde o se han difundido mal en España, y encontrar pellets, no solo es ahora más caro – ha subido hasta los 7,5 euros la bolsa común de 15 kilos– sino que los mercados europeos, más previsores, se han llevado parte de este biocombustible que, en breve, cuando bajen un poco más los termómetros empezará a reclamar el mercado local y nacional.

Alemania copó importaciones

Abel Estévez, propietario de Bolume Enerxía, una de las firmas punteras en la comercialización de pellets (en sacos y a granel) y a la distribución e instalación de todo tipo de estufas y calderas de biomasa explica que “el año pasado por estas fechas teníamos 2.000 toneladas de pellets en almacén y hoy tenemos unas 30 toneladas; el problema ya no es la demanda local o nacional que, como siempre se va a disparar cuando llegue el frío, sino que los mercados como Alemania están importando el material desde hace seis meses, y no se actuó con la debida celeridad”, explica.

En estos países “fueron debidamente informados de que la crisis energética, se acentuaría en invierno, y cuando allí se vendía ya la tonelada de pellets a 450 euros, aquí la compraron a 200 euros tonelada, sobre todo en Portugal pero también en España y como es normal hicieron acopio”, apunta el empresario.

La venta de estufas de leña y de pellets, subió un 30% este año en España según la OCU; en Ourense la demanda no se dispara hasta que llega el frío

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Para empresas como la de José Bernárdez, que instala todo tipo de sistemas de calefacción, “la gente busca el sistema que le de un mejor resultado final, y ya notamos que empiezan a preguntar por sistemas de leña o pellet, y hay encargos antes de que llegue el frío”.

De acuerdo al informe elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos, en lo que va de 2022, la venta de estufas de leña y pellets ha aumentado en torno a un 30% en España. Una cifra aún insignificante en Ourense, según indican firmas como Graniarte, que reconoce que las ventas de estos modelos “vendrán cuando llegue el frío”.

En todo caso desde la OCU han hecho su propio estudio del coste anual que supone calentar una vivienda media de 90 metros cuadrados, en una región fría según el tipo de combustible y gana el biocombustible. Así, según el mencionado informe, el coste de calefacción para esa casa tipo es de 1.255 euros/ año con radiadores eléctricos, ( el más caro y ya poco habitual); de 1.046/euros/ año con acunuladores eléctricos ; caldera de gasólo 816 euros/ año y con estufa de pellets 545 euros anuales.

José Bernárdez, en su tienda de calle San Rosendo. | // F. CASANOVA

“Nos piden sistemas de pellets hasta en los pisos, aunque también subieron”

José Bernárdez indica que en los años 90 “fue muy difícil introducir las primeras estufas de pellets. Tenían la desconfianza de que no encontrarían material, y llevó tiempo. Ahora sin embargo me piden estufas de pellets hasta para los pisos, porque es un sistema barato y limpio –basta con un tubo de 8 centímetros por la salida de gases– y se pueden conseguir ahorros en la factura energética”, indica. Como primer introductor el sistema indica que “ahora la gente se está preparando ya para lo que viene”, declara. Reconoce como instalador de todo tipo de sistemas calefactores que “producir calor o frío en cualquier alternativa técnica es caro, no cabe duda; pero este sistema de pellets sigue compitiendo con cualquier otro aun cuando el precio también ha subido”. Desde que subió la tarifa eléctrica le piden “de todo, también estufas de leña, que pueden combinarla con los otros tipos de calefacción, y da mucho rendimiento, bajando el gasto de otros combustibles”, indica. “Se puede instalar de forma coordinada con otro tipo de sistemas calefactores eléctrico, de propano, gasóleo, etcétera y no es contaminante”, afirma. El problema es que “no aprovechamos nuestra biomasa y restos de madera, porque tiene un alto costo de producción la maquinaria necesaria para fabricar estos sistemas de pellets; de ahí que haya pocos fabricantes”, advierte Bernárdez.

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