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El comedor social duplicó su servicio desde enero y ya sirve más de 320 raciones al día

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Tres voluntarios, en el comedor social de Cáritas, ubicado en el barrio de As Lagoas. | // FERNANDO CASANOVA

Cuando la pandemia todavía no ha terminado se suman a esta situación los efectos de la crisis derivados de la guerra en Ucrania y el encarecimiento de los costes de vida. Una visita al supermercado es suficiente para llevarse una ingrata sorpresa ante el coste de los alimentos, que se encarecen debido a la inflación. Los precios se elevaron en el mes de julio hasta niveles que no se alcanzaban desde 1984 y cada vez son más los estudios que alertan de una clara subida del precio de los alimentos nunca vista.

Esta situación perjudica especialmente a los hogares con menos recursos. La directora de Cáritas Ourense, María Tabarés, advierte de que el incremento de atenciones en el programa de comedor social es preocupante y, desde Cáritas Diocesana de Ourense, señalan “que la situación está empeorando”, y auguran que la vuelta al cole este año será “bastante difícil”.

En la época estival el número de usuarios del comedor suele bajar, pero este año no solo no está bajando, sino que está subiendo notablemente. En Cáritas Diocesana de Ourense han pasado de repartir 5.000 raciones mensuales el pasado mes de enero a 10.000 en el último mes de julio, en el que se repartían de media 324 al día. “Si una persona de clase media normal ve que cada vez le hace falta bastante más dinero para cubrir el gasto de la comida, a la gente que ya vivía al límite ahora no le llega; estas personas se encuentran en peores condiciones”, dice María Tabarés.

Las dependencias de Cáritas están en la Praza Bispo Cesáreo. | // FERNANDO CASANOVA

En el año 2021 un total de 857 personas fueron atendidas en el comedor social de Cáritas Ourense. El 75,8% de esas personas se encuentran en una situación de vulnerabilidad crónica. Un 24,2% accedieron por primera vez a este servicio, lo que refleja el aumento de personas que tienen dificultades para sufragar su alimentación.

En cuanto a la totalidad de personas que se benefician de sus programas y servicios, el 59% son mujeres. La mayoría se encuentran en edad laboral y conviven con pareja e hijos en una vivienda de alquiler que supone más de la mitad de sus ingresos.

El 38% de las personas atendidas en 2021 tiene hijos menores, lo cual es una muestra de las dificultades de muchas familias en Ourense y la pobreza a la que están expuestos los niños.

Hacen falta voluntarios

A medida que aumentan las atenciones en este servicio, “hacen falta más manos”. Con la llegada del verano muchos voluntarios deciden tomarse un descanso, así como también otras personas empiezan a dedicar parte de su tiempo a los programas de ayuda de Cáritas aprovechando esta época de vacaciones. Pero, en proporción, siguen siendo necesarios más voluntarios teniendo en cuenta que la situación no parece mejorar.

Ya que los servicios de la organización se mantienen siempre activos, da igual la época del año, desde la misma, hacen un llamamiento a que aquellos que tengan “un hueco para ofrecer de vez en cuando y con cierta estabilidad una o dos horas a la semana, que lo hagan, porque se darán cuenta de que es una labor muy necesaria y gratificante”.

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