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“Hay que levantarse y reconstruir, tanto material como emocionalmente”

El fuego daña casas y pertenencias, incluidas las que no tienen precio por su valor sentimental, como fotos antiguas en recuerdo de los antepasados

Brian y su padre, ante la casa que arrasó el fuego en O Castelo (Rubiá). BRAIS LORENZO

Rumiada la tristeza de los últimos cuatro días, Brian Calvo, 34 años, halla y comparte una lectura optimista que contrasta con la devastación de la casa de sus padres en O Castelo, Rubiá, en ruinas, una muestra entre las decenas de viviendas arrasadas por el fuego voraz de Valdeorras.

“Hay que pelear las malas situaciones. Dejan malos recuerdos pero también nos enseñan cosas que nos pueden aportar mucho en la vida. Con sacrificio y ganas de seguir avanzaremos, aunque sea difícil. Por muy jodido que parezca todo hay que intentar ver siempre la parte positiva”, subraya.

De la casa no queda nada, está en el suelo, no podemos hacer nada”, asume. “Hay que levantarse, reconstruir e intentar volver a reír y disfrutar. Es una oportunidad de hacer las cosas de nuevo, con ilusión y ganas, de volver a construir, tanto material como emocionalmente”.

"Tanto mi padre como mi tío dicen que si pudieran volver atrás no se irían; tienen la certeza de que si ellos no estuvieran desalojados hubieran salvado la casa"

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El incendio de Carballeda que se reactivó el domingo por el viento sembró una línea de fuego que causó graves daños materiales en O Barco y Rubiá. Numerosas casas son ceniza. Las llamas se llevaron por delante objetos que el dinero puede remplazar y otros inigualables, porque son sentimientos.

“Mis padres han perdido la ropa, la comida, los productos de la matanza, la nevera, la lavadora, la televisión los muebles, no les ha quedado nada. Los desalojaron y cuando volvieron la casa estaba en llamas. Tanto mi padre como mi tío dicen que si pudieran volver atrás no se irían; tienen la certeza de que si ellos no estuvieran desalojados hubieran salvado la casa. Además de lo material, que se repone, se han quemado fotos de mis hijas, de mí y de mis hermanos de pequeños, de mis abuelos maternos y paternos... Se han quemado cuadros elaborados de toda la dinastía familiar, cuadros de mi padre con dos meses de vida, de mi abuela y abuelo. Al paterno por desgracia no lo conocía, pero al menos tenía esas fotos. Con el móvil yo había hecho fotos de todas las que había en casa, pero no hay comparación”, expone Brian.

En la casa de O Castelo reducida a escombros nació su padre, que fue un emigrante en Aragón, donde vive el hijo. A la vivienda de Valdeorras, a las raíces, regresó al jubilarse. Otros familiares los han alojado en sus casas, que se salvaron. Es la alternativa mientras los trámites con el seguro no les permitan alquilar una. Después tocará reconstruir, volver a empezar, seguir.

Vecinos observan, emocionados, el daño causado por el incendio en Rubiá. BRAIS LORENZO

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