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La pandereta, la tradición que une a hijas, madres y abuelas en Barbadás

Un grupo de mujeres, de entre 6 y 76 años, aprenden a tocar el instrumento y a ser cantareiras en la agrupación cultural San Mauro | Tendrán una foliada el 17 de mayo

Las integrantes de las sesiones dentro de la Agrupación Cultural San Mauro, de la localidad de Sobrado do Bispo. | // FERNANDO CASANOVA

Miriam, Noa, Ángeles, Manuela,Modesta, Leti, Pili, Chus, Tita, Amparo, Sinda y Alexandra se preparan para sacar toda la tradición y cultura gallega el próximo 17 de mayo, Día de las Letras Gallegas, en un evento que organiza el Concello de Barbadás.

Todas ellas, cada sábado, esperan por Carla, la instructora, para aprender a tocar la pandereta y conseguir el tono adecuado y correcto para ser cantareiras. Lo hacen en la agrupación cultural San Mauro, en el municipio de Barbadás.

Todo el mundo pensará que fue el éxito de las Tanxugueiras las que las animaron a coger la pandereta y crear un vínculo familiar entre ellas, pero todo lo contrario. El vínculo familiar va en la sangre y la pandereta es el instrumento que las une a todas desde hace más de siete años cuando empezaron con las sesiones. Que más que una sesión, es una “reunión familiar”, dice Chus, una de las integrantes, riendo.

"Aquí somos todas una familia"

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El árbol genealógico del grupo indica que hay abuelas, hay madres y hay niñas. Carla González comenta que “aquí somos todas como una familia, pero sí que es cierto que está mi abuela, está mi madre, está otra señora con su hija, somos un grupo de mujeres que estamos todas emparentadas entre sí”. La más pequeña, Noa, tiene 8 años y desde hace dos ya está yendo a clases de pandereta. Lo hace con su madre y con su abuela. La mayor de todas es Amparo que tiene 76, pero ahí no importa la edad si no el ritmo y el canto.

Se preparan para la foliada que tiene organiza el gobierno municipal de Barbadás, pero ya de por sí cada sábado es una foliada. Carla explica sonriendo que que “tenemos gente de diferentes edades por lo que hay que tener paciencia, a las más pequeñas les cuesta un poco más pero se adaptan con mucha facilidad. Tienen avances muy rápidos y los más mayores ya saben tocar muy bien”.

En las sesiones se focaliza el aprendizaje en el ritmo de la pandereta, pero también se fortalecen los lazos familiares y se robustece la tradición gallega. Chus señala que “es una oportunidad para relacionarte también con otra gente, aunque seamos familia algunas de nosotros, y también sirve para seguir avanzando en lo que te gusta”. Y añade que “y por supuesto para valorar lo nuestro, nuestra cultura, nuestra música, nuestra memoria y nuestra tradición, para no olvidar nuestras raíces”.

Un instantes de la sesión tocando la pandereta, en el CIM de Barbadás. | // F. CASANOVA

Entre su preparación destacan las canciones gallegas tradicionales, pero también están las modernas. Por ejemplo, actualmente, están con una canción de las Tanxugueiras. Carla comenta que “se les propone una canción para ir preparándola y practicando y una de ellas es el tema ‘Figa’ de las Tanxugueiras”. Sobre esto, Chus espera que “esta moda que hay ahora de la tradición gallega no desaparezca, que no sea una moda pasajera que venga para quedarse”.

Cada una tiene sus apuntes o los comparte para no perder el compás. Carla analiza que “algunas ya tienen experiencia en tocar juntas en la rondalla o cantar con la coral, así que lo hacen muy bien, tanto en los ensayos como en las actuaciones”.

Ellas ejemplifican el papel esencial y fundamental que tuvieron, tienen y tendrán las mujeres en la transmisión de la cultura gallega. De abuelas a madres, y estas a hijas, una herencia que permanece viva también en Sobrado do Bispo, gracias a su ADN gallego, su pasión por la cultura gallega y el placer de compartir momentos con su propia familia.

El grupo recuperó hace poco los ensayos tras estar parados más de dos años por culpa de la pandemia. El ritmo no lo perdieron y el canto ya es al unísono. Ahora, solo falta subirse al escenario para demostrarlo.

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