Recorrieron en furgoneta los más de tres mil kilómetros que separan su país en guerra del que será por un tiempo su nuevo hogar, y ya descansan en Maceda. Los veinte refugiados que llegaron ayer a Ourense fueron recibidos en esta villa con pancartas de bienvenida, flores y globos azules y amarillos. Llegaron pasadas las 11.30 horas a la Praza das Toldas y allí les esperaban decenas de vecinos de la localidad, voluntarios de Cruz Roja, miembros de la corporación local y el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández.

Entre aplausos y con las sonrisas de los más pequeños al recibir caramelos y peluches, llega a su fin una expedición que comenzó el pasado martes. Recorrió más de tres mil kilómetros cargada con ayuda humanitaria y otros tantos de regreso con 9 niños y 11 madres y abuelas que dejan atrás el horror de la guerra. “Vienen con mucho dolor. Hay una mujer que no para de llorar. Se sienten felices porque están a salvo, pero con el dolor de haber dejado a sus esposos y sus hijos mayores en Ucrania. No entienden lo que está pasando”, relata uno de los voluntarios de Cruz Roja que conoce el idioma y se ha dirigido a ellos nada más llegar para darles las primeras indicaciones.

Esta familia huyó con su mascota. | // F. CASANOVA

El alcalde, Rubén Quintas, fue el primero en apearse de los vehículos al entrar en la plaza y explicó que las familias se hospedarán durante unos días en tres establecimientos de Maceda (Porta Sacra, Lar dos Felos y Monumento Castelo de Maceda), que de manera altruista han ofrecido sus instalaciones para dar acogida a estas personas en esta primera fase. Será Cruz Roja quien se encargue de buscar un alojamiento entre los “cientos y cientos” de familias que se han ofrecido a ayudar, asegura el alcalde. Asignarles una ubicación será “cuestión de días”.

“Lo que se ve allí no es todo lo que sale en televisión, es peor”

Esta misma mañana, médicos y pediatras del centro de salud realizarán una valoración del estado en que se encuentran las mujeres y los y niños, y también se les ofrecerá apoyo psicológico. Rubén Quintas apunta que es lo que más necesitan porque lo que dejan atrás es terrible. “Lo que se ve allí no es todo lo que sale en televisión, es peor”. Relata lo duro que fue ver cómo algunas madres llegaban a la frontera polaca y entregaban a sus hijos pequeños a las oenegés para después regresar a la zona de conflicto “porque tienen personas mayores a su cargo; no solo quedan sus maridos, también padres y madres que no pueden salir por sus propios medios”.

Los vecinos de Maceda arroparon a las familias desplazadas. | // FERNANDO CASANOVA

Las mujeres que llegaron ayer a Maceda, señala Quintas, “han perdido sus casas en los bombardeos”, y este sábado varios menores lloraban porque no podían contactar con sus padres. “Nos comunicamos con ellos con el traductor del teléfono, pero hay una palabra que sí entendemos en sus conversaciones: papá, los niños preguntan todo el tiempo por ellos”.

Emilio Aguete, bombero e integrante de la comitiva se emocionaba ayer al contar la dureza de los momentos vividos y la impresión que le causó ver los carros de combate y las baterías militares. “A algunas personas tuvimos que buscarlas timbrando casa por casa, otros nos esperaban con temperaturas bajo cero en pabellones; nos recibían como agua de mayo, éramos su salvación”. Y no todos pudieron venir, a última hora enfermó un bebé de dos meses y tuvo que ingresar en un hospital en Polonia. Con él se quedaron su madre y su abuela, pero la Asociación Galega de Axuda a Ucraína (AGA) ya confirmó que esa familia vendrá en otro convoy y ha pedido venir a Maceda. “La solidaridad será más fuerte que las balas”, zanja Quintas.

Dos autobuses y un tráiler con material parten hoy a la frontera y regresarán con 96 menores y sus madres

Este lunes parte hacia Ucrania la iniciativa SOS Ternópil Galitzia, un convoy de dos autobuses y un camión que regresará con 96 menores y sus madres que actualmente permanecen en un campo de refugiados en Ternópil (Ucrania). La delegación ourensana está formada por dos sanitarios, un médico, dos traductores, seis chóferes y un equipo de voluntarios que viajarán hasta Ucrania con material de primera necesidad donado por la ciudadanía y que se encuentra en la base logística de Legufrut, en San Cibrao das Viñas.

La ayuda almacenada en el tráiler, junto a la carga que llevarán los autobuses, suman un total de 30 toneladas de producto. Se trata de material donado por la ciudadanía, fundamentalmente alimentos, medicina y ropa. El grupo parte este lunes a las 9.00 horas de esta base logística, y una vez de vuelta en Ourense, los niños y sus madres serán acogidos en el Seminario Menor de Ourense y en sendos albergues en San Xoán de Río y Trives. Posteriormente, las familias serán realojadas en los hogares que se han ofrecido a acogerles. La llegada del convoy está prevista mañana a las 17.00 horas a una de las fronteras de Polonia con Ucrania. Según avance el viaje se decidirá, por razones de seguridad, cual de las fronteras será elegida por la organización para hacer el transbordo. El regreso a Ourense, a los tres puntos de acogida previstos, se espera que se produzca el viernes 18 por la tarde.