Hubo acuerdo en el acto de conciliación de ayer en el juzgado, y la empresa se avino a retirar la sanción a una trabajadora y delegada sindical de la CIG que había reclamado poder usar los vestuarios del trabajo, mientras que la compañía mantenía que la situación sanitaria lo desaconsejaba. La mercantil deberá abonar el salario correspondiente a los 3 días de empleo y sueldo que impuso como sanción, además de cotizar a la Seguridad Social por dicho periodo.

La CIG convocó una concentración solidaria a las puertas del juzgado. La organización denunciaba un “claro caso de represión sindical”. La reivindicación ganó. “Durante moitos meses da pandemia, decidiron impedir o uso dos vestiarios para evitar supostamente contaxios. A lei de protección de riscos establece que debe haber un lugar, e puña nunha situación de absurdo ao persoal, porque tiña que ir e saír da fábrica co funda do traballo”, explica el responsable en Ourense de la CIG, Anxo Pérez Carballo.

“Ademais, o vestiario só o utilizarían catro operarios por turno. Esta traballadora rebelouse. A proba de que decisión foi inxusta é que a empresa aviuse a retirar a sanción e deu marcha atrás para non chegar a xuízo”, añade el sindicalista.