Aunque los bomberos de Ourense ya habían tenido que intervenir este verano por otros focos menores, el incendio declarado ayer entre Santa Mariña do Monte y A Granxa fue el primero de cierta envergadura, con una columna de humo visible desde distintos puntos de la ciudad y que se percibió como una posible amenaza –sobre todo para una vivienda, la que estuvo más cerca de las llamas–, un peligro que fue atajado gracias a un amplio despliegue de medios de extinción, por tierra y por aire: 3 agentes, 8 brigadas, 4 motobombas, 6 aviones y 3 helicópteros, además de una unidad de los bomberos de la ciudad.

Las llamas calcinaron una superficie de aproximadamente 1,5 hectáreas. El incendio quedó estabilizado a las 17.56 horas, tras comenzar poco antes de las cuatro de la tarde.