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“Los niños necesitan expresar”

Amencer cubre con actividades lúdicas el tiempo libre de las tardes no lectivas de junio y constata un aumento de la demanda

Este grupo realizó Among Us con plastilina. | // IÑAKI OSORIO

Arranca el mes de junio y con él llegan las tardes sin clases. Pero este cambio en el horario tan esperado por los escolares plantea un problema de conciliación para el que la asociación juvenil Amencer ya ha diseñado un completo programa de actividades lúdicas. Esta agrupación, con sede en el colegio Salesiano, se ha convertido en un salvavidas para muchas familias pero también un apoyo importante en la socialización de los menores.

El proyecto, abierto a toda la ciudad, ofrece una alternativa lúdica para el horario de tarde, de 15.30 a 17.30 horas, hasta que finalice el curso, el 22 de junio, y al día siguiente el programa se trasladará al horario de mañanas. El coordinador de Amencer, Xulio Iglesias, explica que este año la demanda se ha disparado en relación a 2019 (antes de la pandemia) y en la primera jornada había más de 50 inscritos. “Notamos que hay una necesidad mayor de tener actividades, que los chavales necesitan expresar, soltarse, encontrarse... Ha sido un año muy duro para todos y también para ellos y hay mucho desgaste psicológico; los niños no lo expresan como los adultos pero los profesores hemos percibido cierta tensión en las clases y en algunos casos una mayor agresividad”, explica. “A veces una mala contestación es la punta del iceberg de una problemática y todo eso tiene que aflorar”, añade.

Uno de los grupos muestra varios juegos. | // IÑAKI OSORIO

De ahí que el programa de actividades para estos días se haya elaborado en “clave de afectividad”. Es un trabajo, incide, de educación social en el que tras los juegos habituales hay una finalidad. “Hemos estado trabajando en esto, hay una metodología para trabajar las emociones, los sentimientos, la convivencia, conductas, hábitos...”, apunta Iglesias.

Así, una yincana de juegos de toda la vida sirve también para expresar sentimientos: “Volvemos a situaciones muy elementales, compartir, empatizar, grandes palabras que hay que subrayar y hacerlas más explícitas”, explica el coordinador. Frente a la estructura de aula formal, sostiene que el formato lúdico de mayor libertad “puede ayudar a que se expresen con más naturalidad”.

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