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La cruzada vecinal del casco viejo, suma 500 denuncias por ruidos y locales ilegales en dos años

La presión de AAVV O Cimborrio cerró 9 pubs sin licencia y se centrará ahora en las terrazas que vulneran la accesibilidad

Una de las que según O Cimborrio incumpliría Ley de Accesibilidad y el Peri por toldos anclados a fachadas. | // IÑAKI OSORIO

En solo dos años los vecinos del casco viejo de Ourense han realizado la cifra récord de casi medio millar de denuncias por vía administrativa, contra locales de esta zona histórica por superar el nivel de decibelios establecido, por poner la música fuera de los propios pubs, y por hacerlo además a altas horas de la madrugada y en muchos casos en locales con licencia solo tan solo para café bar. El saldo han sido 9 establecimientos que han tenido que cerrar. Solo uno de ellos reabrió de nuevo al legalizar su situación.

El problema viene de años atrás, pero el inicio de esta lucha administrativa tiene un nombre: Asociación Vecinal O Cimborrio del casco histórico, un colectivo que ha puesto en jaque a los locales nocturno de la zona histórica. Ellos son los que están detrás de esta cadena de denuncias, que dada su rigurosa argumentación legal y tramitación administrativa, ha obligado al Concello de Ourense, con más o menor demora a actuar y ejecutar órdenes e precinto a los locales ilegales.

Quedan más de una veintena en situación de ilegalidad pero O Cimborrio pero su objetivo “no es perseguir al hostelero, solo que cumplan la legislación en materia de ruidos y accesibilidad, porque de otro modo se vulneran los derechos de los vecinos y genera problemas de salud. Los vecinos hemos tenido que actuar porque no lo han hecho nunca los políticos. Ellos son los que tienen que hacer cumplir la ley”, explican.

Una disco móvil, el detonante

Todo empezó, recuerdan, justo hace dos años, con la instalación de una discoteca ambulante en El Corregidor y el trasladó de la barra de un local al exterior para servir bebidas y música hasta altas horas de la madrugada, incumpliendo varios apartados de la normativa vigente. Ahí detectaron que mas de la mitad de los locales nocturnos, no solo carecían de sonómetro, sino que eran bares sin licencia para funcionar como pubs y poner música.

La vuelta ya a la necesaria vida social hace apenas unos días, devolvió el movimiento al casco viejo, pero no en su justa medida, recuerdan, sino incumpliendo, y se saldó ya con una disputa por ruidos, entre vecinos y un hostelero. - Este último acabó con graves heridas de arma blanca, de las que por fortuna se recupera.

La semana pasada hubo desalojos por incumplimientos de aforo en algún local y por ausencia de mascarilla del camarero. La foto anexa muestra también según los vecino, el estado de Pena Corneira el pasado fin de semana con aglomeración de personas consumiendo en la calle, además a altas horas, sin mascarilla , incumpliendo por tanto varias normativas y decretos en vigor.

“Es cierto que la hostelería ha sufrido durante la pandemia y con la intención de intentar salvarla se ha apelado a que consumir en los bares era la forma de salvar puestos de trabajo, pero sobre todo nuestro propio ocio. No se ha invertido en cultura al no considerarla importante ya que el mercado manda y lo que no genera riqueza no es útil, entendiendo la riqueza como algo crematístico”, lamentan O Cimborrio. Reconocen que “no toda la hostelería incumple, son pocos, pero los que lo hace vulneran derechos reconocidos por ley”.

Control ahora a los veladores

Pero ahora los objetivos vecinales, se amplían tras la denuncia contra unos veladores de calle Fornos, en la zona vinos, pues según O Cimborrio, entorpecieron el paso a una ambulancia, al incumplir mesas y sillas la distancias que exige la ley.

También las terrazas de rúa Lepanto, “incumplen la Ley de accesibilidad universal, Orden VIV/561/2010; la Ordenanza municipal de el Plan Especial de Reforma Interior del Núcleo Histórico (PERI) y todo con el Ayuntamiento como colaborador necesario al ignorar las denuncias y, supuestamente, conceder licencias de terrazas para estos locales”.

Lo que llama la atención de los vecinos es esa falta de voluntad política, sin ella “esto no tiene solución, ya que el Concello es juez y parte en este juego y crean una ordenanza que ellos mismos incumplen”. Se refiere a la instrucción de veladores que aprobó el Concello y se vulnera en toda la ciudad.

“Si damos la cara, nos la rompen”

Las relaciones entre movimiento vecinal del casco viejo y hosteleros, es desde hace años tensa. El sector de la hostelería ha pasado un año crítico, y la incursión de O Cimborrio, pese a tratar de encontrar un equilibrio entre el derecho de los empresarios a trabajar y el de los vecinos al descanso tiene difícil equilibrio. De hecho la directiva de esta asociación vecinal es anónima: “Si damos la cara nos la rompen” reconoce un portavoz de este movimiento vecinal. Uno de los logros que, pese a todo, cree ha conseguido O Cimborrio, “es el reconocimiento de que en el casco histórico se estaba cometiendo un delito medioambiental y por ello se paralizó las actuaciones de los DJs en el Corregidor. Aunque queda mucho por solucionar pues queremos la reposición de la legalidad en todos los ámbitos, ”, afirma un miembro de la asociación. Es decir respetar la legalidad “en el apartado acústico, de accesibilidad, licencias, patrimonio y medioambientalmente. El cumplimiento de las leyes normas y ordenanzas sin retorcerlas para buscar réditos políticos. Tenemos muy arraigado en nuestra sociedad que el ocio y la socialización van de la mano del alcohol y drogas”. Por eso piden al Concello que potencien otras alternativas de ocio “cine, teatro, museos, conciertos” pues en un contexto de precariedad laboral, más aún entre los jóvenes, buscar ese ocio cultural “es un artículo de lujo”.

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