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El cierre de la ‘raia’: vecinos obligados a recorrer 140 kilómetros en lugar de 1

En el punto Manzalvos-Moimenta, los alcaldes de A Mezquita, A Gudiña y Riós, así como representantes políticos lusos, reclamaron ayer que se establezcan unas horas de paso

Representantes políticos de los tres concellos ourensanos y de las dos cámaras lusas. | // FDV

Habían pasado muchos años desde que, gracias a la comunidad europea, no se producían controles fronterizos, y para cruzar a Portugal se habían acabado las aventuras de atravesar un río como fugitivos, o por otros accesos clandestinos. Pero el COVID ha hecho que muchos vecinos de ambos lados de la raia casi tengan que regresar a aquellos tiempos. Los perjuicios son tantos que alcaldes de algunos de los concellos afectados de la provincia, que comparte más de 200 kilómetros de frontera con Portugal, se han unido para reclamar unas horas al día de apertura para que los vecinos no gasten tiempo y dinero. A propuesta de la Cámara Municipal de Vinhais, ayer hubo un acto político en el paso fronterizo de Manzalvos-Moimenta, con los regidores de A Gudiña, A Mezquita y Riós.

“Tengo dos coches, uno de cada lado de la frontera, y así cuando se van los policías paso”, asegura Cristiana, una vecina portuguesa, de Moimenta, que trabaja en O Pereiro, en A Mezquita. Así consigue evitar tener que ir por Chaves y hacer dos horas y media cuando su trabajo está a solo 20 minutos. El de su padre dista tan solo 5 minutos, pero tiene que hacer lo mismo para trabajar en una panadería . Cada uno por su lado, se levantan temprano, llegan a la frontera, y si hay agentes vigilando esperan a que se vayan, dejan sus coches en el lado luso, cruzan a pie y cogen el otro vehículo que tienen en el lado español para continuar su camino. Pero cuando algún día no hay suerte, deben ir hasta Chaves.

Explica esta joven, que trabaja en la hostelería, que tanto ella como su progenitor tienen que hacer eso cada día, y disponer de dos coches, así como mucha más gente que trabaja en residencias u otros negocios, o que tienen familiares que cuidar en el lado español. Estas tácticas a veces conllevan que lleguen tarde a sus trabajos. pero sus jefes lo toleran ya que “comprenden la situación”.

Unos grandes bloques de cemento obstaculizan el paso fronterizo. | // FDV

Por este tipo de hechos y otros perjuicios para la vida cotidiana, ya por sí complicada por la pandemia, los alcaldes de A Gudiña, A Mezquita y Riós, así como el presidente de las cámara de la feligresía de Moimenta y el de la Cámara municipal de Vinhais, junto a ediles de estas corporaciones, participaron ayer en un acto en la frontera Manzalvos del lado fronterizo de A Gudiña, que es Carvalhas en el lado portugués. José María Lage, regidor de A Gudiña, explica que hay personas que antes solo tenían que hacer 1 kilómetro para ir a cuidar a algún familiar y ahora más de 140. “Si a Salvaterra le han concedido unas horas, nosotros queremos lo mismo”. Según el concejal Francisco Antonio García, en este municipio hay muchos portugueses que tienen que cruzar la frontera ya que trabajan en panaderías, talleres de madera y carpintería metálica, en la construcción o la hostelería. Se ven muy perjudicados con este cierre de fronteras decretado por Portugal hasta el 1 de marzo.

Necesidades de la vida diaria

Por su parte, el alcalde de A Mezquita, Rafael Pérez, señala que con este acto “simbólico y reivindicativo” solo se reclaman unas cuantas horas de apertura del paso repartidas por la mañana, a mediodía y por la tarde, “no para ir de fiestas, ni a centros comerciales ni para grandes masificaciones”, sino por motivos bien justificados, como son los laborales y familiares, y bajo el control de las fuerzas de seguridad. Apunta que Vinhais siendo de los municipios más grandes de Portugal en extensión, no cuenta con ningún paso abierto.

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