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Una tesis doctoral confirma que los partos en el agua no representan un aumento significativo del riesgo

La matrona Susana Iglesias estudió 1.191 nacimientos en el hospital comarcal do Salnés, de Vilagarcía, en el que trabaja

La matrona Susana Iglesias. | // DUVI

Una tesis doctoral desarrolló el estudio observacional de 1.191 nacimientos, y concluye que los partos en agua no están asociados a un aumento significativo de resultados adversos para la madre o el bebé. La autora de esta trabajo presentado en el Campus Universitario de Ourense es Susana Iglesias, enfermera especialista en obstetricia y ginecología, quien decidió profundizar en esta cuestión y cuyo estudio desarrolló en el Hospital comarcal do Salnés.

La tesis se titula “Nacemento baixo a auga. Estudio retrospectivo en hospital de baja intervención”, y fue presentada este curso académico bajo la dirección de Mª Reyes Pérez. Según su autora, la idea de poner en marcha esta investigación se basa, por una parte, en que “sociedades científicas de obstetras, ginecólogos y ginecólogas, matronas y enfermeros y enfermeras de numerosos países, defienden que el parto en agua debe ser una opción disponible para las embarazadas de bajo riesgo junto con información actualizada de sus posibles beneficios y riesgos” , y por otra parte, en que “algunos hospitales que cuentan con bañera obstétrica prohibieron su uso durante la dilatación o el parto, limitando el derecho de la mujer a tomar una decisión informada sobre este tema”.

Destaca Iglesias que en los embarazos de bajo riego, la inmersión en agua caliente durante la dilatación se considera una opción eficaz como método de alivio del dolor, apoyada por abundantes estudios de buena calidad. En cambio, el nacimiento en agua cuenta con menos evidencia científica y se discute su seguridad”.

Su estudio, de carácter observacional retrospectivo de cohortes, se desarrolló en el Hospital Comarcal do Salnés, en Vilagarcía de Arousa, donde Iglesias es matrona. El trabajo se centró en nacimientos ocurridos en el período 2009-2018, un total 6.498, utilizando la inmersión en agua caliente 2.242 mujeres (el 34,5% de todas las usuarias) y 503 parieron en agua (el 7,7% de ellas). Comenta la autora que se recogieron de manera aleatoria 406 binomios madre-bebé en cada grupo, participando una muestra final de 1.191 nacimientos (404 estuvieron incluidos en el grupo control, es decir, partos convencionales, 397 en el grupo de inmersión durante la dilatación, y 390 en el grupo de partos en agua). Y los resultados mostraron que no hubo diferencias entre los tres grupos en la necesidad de traslado del neonato a la UCI, el resultado principal de este trabajo, siendo la tasa global de traslados muy baja”, comenta esta enfermera especialista en obstetricia y ginecología.

Por todo ello, apunta que la prohibición del uso de la inmersión durante la dilatación y/o parto no se basa en ciencia sino en prejuicios”.

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