La vieja estación de autobuses Ourense ubicada en el barrio de O Pino empieza a ser historia. Las paleadoras de la Xunta entraron ya en el recinto para demoler el edificio, y, una vez quede limpio de escombros, cederle el uso del suelo a Fundación Amancio Ortega, para que construya un geriátrico con capacidad para 120 plazas y una inversión prevista, por parte de la fundación del dueño de Inditex, de 12 millones de euros.

El terreno en cuestión cuya limpieza ha contratado Consellería de Infraestructuras, pasará una vez hecho el geriátrico a Política Socia pues, de cumplirse los compromisos del Gobierno gallego, una vez rematada la obra la gestión del centro de mayores volvería a manos de la Xunta.

El centro, de nueva factura y que será según indicó la titular de Política Social durante la presentación del mismo, pionero en su estética y prestaciones en toda Europa, se prevé que cree unos 110 puestos de trabajo directos.

Ojo al cambio de uso

El grupo Socialista en el Parlamento de Galicia sin embargo presentará hoy ante esa cámara una serie de preguntas para conocer si el Ejecutivo gallego y el Concello de Ourense han resuelto los posibles problemas legales del solar.

Según el PSOE, “en el contrato de cesión de los terrenos firmado en 1985, se disponía que ese solar solo se podía destinar a la estación de autobuses, y no para centros residenciales o equipamientos dotacionales, por lo que nos encontramos con una problemática urbanística en la parcela en la que se sitúa la actual estación de bus·”.

Por eso preguntarán hoy ante el Parlamento de Galicia si se realizó el cambio de uso de la parcela donde está ubicada la estación de O Pino que se está derribando para la ejecución de la residencia de mayores promovida por la Xunta de Galicia y financiada por Amancio Ortega.

Demandas vecinales

Por su parte la Asociación Vecinal As Termas señalaba ayer, que antes de que se materialice ya la demolición del edificio y la cesión a la Xunta, esperan tener respuesta a peticiones concretas.

La principal es que antes de cerrar el proyecto se dote una ampliación de la calle que separa la urbanización colindante, para que esos 1.000 vecinos ganen más espacio dotacional. La otra petición es que tras la apertura de la nueva estación de autobuses en la intermodal del AVE, no se pierdan la paradas provisionales que tienen ahora al lado su urbanización.