La operación protagonizada por el fondo canadiense The Carlyle Group en junio de 2016 para apostar por el sector de la pizarra y hacerse con el control mayoritario (94,88%) de Cupa Group activó una oleada de ventas de empresas ourensanas que sigue teniendo continuidad. Con adquisiciones que no siempre trascienden, el goteo de firmas emblemáticas que han dejado de tener control ourensano se ha intensificado en los dos últimos años, y en un gran abanico de sectores, desde la construcción y automoción hasta actividades con fuerte componente de I+D+i.
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Este sordo goteo de pérdida de empresas locales ha pasado desapercibido y sin reacción en las diferentes Administraciones públicas y en las organizaciones empresariales. Pero el resultado es muy visible, ya que implica la pérdida de empresas de referencia que pasan a manos del capital riesgo o de inversores foráneos.
La compra más reciente, esta misma semana, y efectiva desde el día 1 tras el acuerdo alcanzado en julio, ha sido la del histórico concesionario Renault para Ourense, Luis Aragonés, que pasa a engrosar los activos del grupo vigués Rodosa e interrumpe 75 años de éxito de gestión como empresa familiar.
En plena pandemia también dejó de tener capital ourensano la constructora OCA, que en un par de años pasó de comunicar obras en cartera por valor de 70 millones (julio de 2018) a firmar su venta (julio de 2020) a la empresa valenciana Soluciones Constructivas Biohabitables, tras un nuevo proceso concursal. En su intento por evitar los números rojos, potenció la línea de negocio de promoción de suelo logístico. Pero no resultó suficiente. Su gran proyecto, en sociedad con otro grupo ibérico, fue el desarrollo de un millón de metros cuadrados en el Parque Logístico Los Gavilanes, en Getafe. Llegó a vender parcelas al fondo británico Segro.
En 2019 destacaron las entradas de capital procedente de Madrid y Cataluña en dos empresas con potencial de crecimiento. En septiembre la catalana Phibo, con participación mayoritaria (55%) en el fondo de inversión Nazca, se hizo con una de las empresas ourensanas de más rápido crecimiento, Edesdev, dedicada a producir prótesis dentales con tecnología 3D aditiva. La firma surgida en Tecnópole, y con planta en San Cibrao, estaba en pleno salto a la internacionalización tras invertir 3 millones en una planta en Madrid para mejorar conexiones logísticas con Europa, Oriente Medio y América. Phibo mantuvo el empleo en Edesdev (60 trabajadores) y el plan estratégico para crecer en digitalización.
A finales de 2019, Hispamoldes abrió su accionariado al fondo Quarza Inversiones, de la familia Abelló, que ostenta participación mayoritaria y administra las sociedades del grupo ourensano.
En esta venta, la provincia perdió la propiedad de uno de sus referentes en la industria auxiliar del automóvil. Quarza metió en la operación las dos plantas ourensanas (en Tecnópole y Pereiro de Aguiar), Hispaplasti Palencia y las factorías internacionales: Moldes de México e Hispamoldes Tánger, surgida de una joint venture con CIE Joamar Maroc, filial de CIE Automotive.
Un año antes de la venta de Hispamoldes se fraguaron -diciembre de 2017 y enero de 2018- otras dos importantes entradas de capital foráneo. En la primera, el concesionario Mercedes Benz, Garza Automoción, quedó en manos del grupo coruñés Louzao, que canalizó la compra desde Peanut Inversiones.
En las mismas fechas la distribuidora de ferreterías Benito Areán aceptaba la oferta de Internaco, con sede en Ordes. La creadora de la marca Orework aportó un negocio mayorista consolidado en España y Portugal, instalaciones en el Parque de Pereiro, 60 empleados y más de 11 millones de facturación.
También en 2018 la tecnológica Cogesa, con recorrido fuera de Galicia en gestión hospitalaria, optó por compartir accionariado con la madrileña Databox (grupo Adastra), pero sin ceder el control.
Los efectos de la pandemia han acelerado otros procesos de negociación en curso. Uno de ellos es similar al de Luis Aragonés, pero con oferta desde A Coruña.