Ervedelo es una de las arterias principales del barrio de O Couto. Se ha librado de las medidas más restrictivas en vigor desde ayer en Doctor Fléming, Xesús Soria, Antonio Puga y un tramo de la avenida de Portugal, pero las cuatro calles confluyen en ella.
Las nuevas limitaciones reducen las reuniones a cinco personas, los bares y cafeterías no pueden servir en el interior y los restaurantes solo a un máximo de cinco personas por mesa. Las medidas causaron efecto y ayer se percibía menor flujo y de gente en la calle y la mayoría de los bares estaban cerrados porque son locales sin terraza.
La decisión de impedir que se consuma en el interior en esas cuatro calles en concreto y no en el entorno más inmediato ha generado cierto desconcierto en la zona. En el tramo de Ervedelo entre Antonio Puga y Xesús Soria, por ejemplo, está el bar Paparazzi. Basta cruzar la calle a la salida de este bar para encontrarse en una zona con mayores restricciones. Pero la cafetería puede abrir con normalidad.
La dueña, Manoli Ferraz,notó menos clientela por la mañana porque había menos movimiento en la calle. "La gente tiene miedo", dice. No ve mucho sentido a la medida porque "los de Xesús Soria solo tienen que cruzar y pueden tomar algo aquí". Su bar es un oásis en el centro de la zona más restringida: "Estamos en el ojo del huracán", afirma, aunque su cafetería es todo un ejemplo en aplicación de las medidas de seguridad. "El aforo me permite 50 clientes pero solo dejo a 18 en el interior y en la terraza las mesas las tengo a dos metros y solo seis personas aunque podría tener 12". Manoli tomó conciencia del problema en el confinamiento: "Desde que abrimos me propuse que no iba a ser lo mismo, no quiero mogollones. Prefiero poco y bien", afirma.
